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Cuando se venía la noche
Con las lógicas dificultades de la hora y de la iluminación, el gol de Juan Pedro Puñales y el festejo albo
Por Juan R. Silva
¡Como sufrió el globito para llevarse los tres puntos esta sábado en el Estadio Municipal!
Quizás eso explique el festejo desenfrenado después del segundo gol y la sucesión de incidentes luego del partido, de los que la verdad no da ni para hablar porque sería darle demasiada importancia a hechos menores.
Y sufrió por que jugó un muy mal primer tiempo donde el cuadro con la responsabilidad de llevar adelante el protagonismo del partido solo pudo generar tres jugadas de peligro ante el arco rival, tres jugadas de pelota quieta, un cabezazo de Tarán, un cabezazo de Silvera y el gol de Mario Perdomo, todos frutos de la excelsa pegada de Mario Fabián.
Agraciada salió a esperar el partido y de hecho para el plantel que tiene y que alineó en este partido fue una buena decisión, con Barrera que jugó otro buen partido, sobrando detrás de los dos stopper Rivero y Franca y con una media cancha “gorda” donde Milder hacía de “tapón” y Acosta y Ramiro Rodríguez se sumaban a alguna contra muy espaciada.
Y afirmado en la velocidad y agresividad física de Barrera no sufría “el Agra” grandes sofocones, es mas lo más peligroso luego del 1/0 fue una pelota que Simón Mier quita en ofensiva y que después entre Agrier y Rivero solucionan.
A partir del gol albo, Agraciada se hizo dueño del partido, sin muchas ideas la verdad, buscando a Nico Gutiérrez en profundidad, aprovechando las falencias albas por izquierda y jugando alguna individual.
Y en una individual de Ramiro Rodríguez frontal, con el único expediente de acelerar, quedo cerca de Correa y su remate suave fue detenido en buena forma por el arquero de Huracán.
Ramiro Rodríguez en acción.
Se iba el primer tiempo con la seguridad de que ese 1/0 era exiguo para el albo viendo que en el segundo tiempo tendría viento a favor Agraciada y eso para un equipo vertical es claramente un acicate, mas cuando tenes lanzadores de la calidad de Milder o Ferreira.
Otra vez como en el clásico el instante fatídico para Huracán fue el minuto final de la primera parte , sobre todo porque no estaba conforme con lo echo Huracán creo, que ya se veía camino al vestuario para hablar y arreglar como jugar ofensivamente , cuando Agracia “filtró” una pelota larga a las espaldas del lateral izquierdo albo Silvera, Gustavo Ferreira sacó un metro de ventaja y cuando Santos salió a cortarle el pasó sirvió al medio donde en gran alarde técnico Ramiro Rodríguez concreto el empate.
Sorpresa por la forma, por el momento, no por el merecimiento, porque Huracán no hizo mucho más que Agraciada, es mas no hizo casi nada en el primer tiempo salvo la trabajada pelota quieta.
El ingreso del segundo tiempo fue una postal del desarrollo futuro del partido, Huracán entró pronto, ligero, apurado, ansioso, Agraciada entró despacio, tranquilo , conforme casi casi despreocupado.
Y pese a que Gustavo Ferreira “avisó” con un tiro desde afuera, queriendo aprovechar el viento, Huracán empezó a empujar y acorralar a su rival, tirándole “el peso” de la camiseta, la historia y…la urgencia.
Simón Mier agarró la bandera y su centro pasado empezó a mostrar que Huracán “revoliaria la melena”.
Perdomo se empieza a hacer incontrolable por derecha y su centro pasado lo recibe en el segundo palo Silvera y en lo que sería una constante, su definición se ira afuera , sería uno de los tres goles claros que erró.
Simón Mier, sin claridad pero con mucho corazón y habilidad seguía haciéndose cargo de “trasmitir “ganas y nervios a sus compañeros y su desborde por izquierda lo “corta” ajustadamente Sebastián Rivero enviando al córner.
Otra jugada de Simón termina con un tiro de Juan Pedro Puñales que Agrier contiene con seguridad.
El tiempo pasaba y las manecillas del reloj corrían, apurando a los albos y aliviando a los albiverdes que ya empezaban a cometer el error mas claro del partido, porque Agraciada ente el adelantamiento lógico e imprudente de Huracán trataba de ingresar por los laterales cuando cada vez que encaró por el medio y metió la bola entre los zagueros creó peligro.
Agraciada se agazapaba para la contra, Huracán iba, navegando en sus nervios, sus urgencias y una tribuna que volvió a empujarlo al descontrol.
Fíjense ustedes si erraría Agraciada que una pelota a las espaldas de Suarez encuentra a Miguel Correa anticipando la entrada de Nicolás Gutiérrez por centímetros.
Enseguida Gustavo Ferreira que estaba jugando un buen partido tira desde media distancia exigiendo a Correa.
La tercera seguida del “Agra” es una especie de “blopper” porque un zaguero albo quiere despejar y su tiro pega en Mario Rodríguez, encontrando a Miguel Correa atento.
Y en los cambios perdió Agraciada, porque la salida de Gustavo Ferreira fue trascendente, se quedó el albiverde sin alguien que “la enterraba” y puso a un verticalista como Chagas, no entendió el albiverde que no precisaba correr , precisaba retener el balón.
Entonces la entrada de Hugo Alzueta y Julio Rodríguez le dio ínfulas a un Huracán desorientado y preso de sus apuros.
Porque “Barakus” esperanzó en ese supuesto gol salvador a pura potencia, pero sobre todo exigió a Barrera y a Rivero a desgastarse más, les puso la presión de la preocupación.
Y “Galletita” jugando contra su ex cuadro, donde además trabaja, de manera excelente y digna su compañera, el orgullo del deporte olimareño Karina Soto, con una media vuelta que pasa apenas desviada levanto a la tribuna alba y al espíritu de su equipo.
Ahí si fue un vendaval albo, sin ideas pero vendaval al fin.
Perdomo y Barrera los dos mejores de la cancha.
Centro pasado desde la derecha que Taran quiere servir al medio y queda corta.
Centro pasado de Perdomo, Silvera solo solo, afuera.
Tiro libre de Simón Mier luego de un toque de Perdomo, que suave contiene Agrier.
Otro centro desde la derecha para Silvera, se atropella con un compañero y su definición se va a fuera.
Otro centro de Perdomo, Taran cabecea solo, afuera.
Y Agraciada agazapado pero ya sin posibilidades salvo algún tiro de Mario Rodríguez o una disparada de Nico Gutiérrez parecía un ranchito en un cerro, con Rivero y Barrera como comunas, ahora se fijaron? Huracán era centro y centro.
Con el tiempo cumplido Chagas lo tiene en una contra pero esta lejísimo de aquel jugador desequilibrante de hace un año y pico, Correa de buen partido resuelve el problema.
En la última, Agraciada con la pelota, arriesga en una zona equivocada, en el medio quieren tirar un sombrero, recupera Huracán y Perdomo acelera, tira centro, Julio Rodríguez “abanica” y le erra a la pelota pero se lleva con él a Rivero y Barrera y solo en el medio del área Juan Pedro Puñales “Pepey”, le da de borde interno asegurando.
2/1 en la hora, tres puntos para seguir peleando todo, sufrido, jugando mal, con el alma desató el festejo rabioso de todos los albos gritando como si fuera la final del mundo, que también sacó a los albiverdes, que mas allá de haberlo tenido en el buche al punto y perderlo, con lo importante que era para ellos, creo que sufrieron mucho ese festejo rival y reaccionaron ante lo que entendieron una provocación.
Y la expulsión de Seba Rivero terminó el partido, por reaccionar y porque el si se fue tranquilo sin que nadie le dijera nada de nada.
Huracán ganó tres puntos sobre la hora cuando se le venía la noche, cuando perdía rueda en el campeonato que tanto quiere eso hace justificable el estado de excitación, Agraciada lo perdió en la hora cuando lo tenía “adentro” y eso también hace justificable el enojó final, la verdad para un tipo que conoce todos los códigos del futbol todo eso es comprensible y justificable, lo único no comprensible seria buscar y después no aguantar o “elegir” a alguien más débil para hacerse el guapo, no sería comprensible, si sería justificable en la mediocridad de un futbol que no juega por nada o casi y que algunos creen que es “la Premier”.