"Sueño con estar frente a Costa Rica"
Emiliano Alfaro pudo haber estudiado medicina, pero optó por romper redes y se ilusiona
por SILVIA PÉREZ
El goleador del Apertura acababa de llegar a su hogar tras el entrenamiento. En la heladera, semi vacía, del apartamento de la calle Francisco Simón que comparte con su amigo de toda la vida, Eduardo Da Fonseca, sólo quedaban unas pocas milanesas y

Es que a cinco años de vivir en Montevideo Judith, su madre, sigue mandándole la comida desde su Treinta y Tres natal. Y como cada fin de semana, ella llegará hoy desde el Olimar munida de un bolso lleno de provisiones. "Nos mandan la comida a los dos, lo único que tenemos que hacer es prepararnos unos fideos o arroz para acompañar. Pero ahora ya no nos queda casi nada", contó el goleador de Liverpool. "Cocinamos un día cada uno y también nos alternamos para lavar los platos", agregó.
La convivencia con Eduardo es excelente. Los dos jóvenes son amigos desde que tenían sólo tres años. Fueron compañeros en el pre escolar, la escuela y el liceo. Eduardo se vino para estudiar agronomía y compartir con él la vivienda fue una solución cuando Rodrigo, el hermano de Emiliano, se casó y lo invitó a retirarse de la casa que compartían.
"Más que un amigo, Eduardo es un hermano para mí", dijo el delantero. Y como prueba de su estima basta ver las dos camisetas celestes, que tras sendos vidrios, adornan el living del apartamento. Alfaro había encuadrado la última camiseta que vistió en la selección Sub 20, y le mandó a hacer una igual a su amigo con su apellido, Da Fonseca, en la espalda.
LOS GENES.
Alfaro siempre fue delantero y su hermano, que hoy trabaja en Wanderers como preparador físico, también lo era en sus épocas de futbolista. Y el padre, Daniel, también supo integrar la delantera del Huracán de Treinta y Tres, el cuadro que también defendió Emiliano y del que toda la familia es hincha.
Sin embargo, a la hora de definir si un goleador nace o se hace, el futbolista le da el menos porcentaje a los genes. "En mi caso es trabajo. Obvio, que uno nace con condiciones naturales, pero a eso hay que sumarle mucho trabajo y esfuerzo. Esa es la prioridad, trabajar y aprender constantemente. Yo me quedo siempre después de las prácticas a trabajar la definición. Y agarro a un par de compañeros más para que se queden conmigo a tirar centros. Todo suma, más allá de que después entrás a la cancha y muchas cosas cambian. Este buen momento mío se debe en un 90% al trabajo y en un 10% a las condiciones naturales".
OÍDOS ABIERTOS.

Alfaro es consciente que escuchar a los mayores es una práctica que, lamentablemente, ha caído en desuso en los vestuarios de hoy en día, pero él supo escuchar a Tejera.
"Se han perdido una cantidad de valores y de códigos que antes eran fundamentales. Antes se respetaba la trayectoria y la edad, ahora en los vestuarios se ve otra cosa. Te diría que hasta son los más jóvenes los que comandan la batuta. Eso ha cambiado, pero creo que es parte del cambio de la sociedad y del mundo", reflexionó.
EL CAMPEONATO.
El delantero está convencido que la breve experiencia en la Copa Sudamericana fue muy importante para ellos. "Nos dejó cosas muy positivas, primero que nada que hicimos historia en el club. Nuestra foto está en la sede y eso, al menos para mí, no se paga con nada. Vamos a tener 50 años, pasaremos por la sede y seguiremos siendo los primeros en clasificar a una copa internacional con Liverpool. Eso es lo que uno le va a poder contar a los nietos. Eso, no cuanta plata ganaba jugando al fútbol", dijo con gran madurez.
CELESTE.
Ser el goleador del torneo lo hace ilusionarse con que el técnico Tabárez pueda poner sus ojos en él para los partidos frente a Costa Rica. "Las esperanzas no las pierdo nunca, y menos en este momento. Ojalá que se me pueda dar. Si te digo que no sueño con estar ahora, estaría mintiendo. Sé que es muy difícil, que hay muchos jugadores de excelente nivel rindiendo en otras partes del mundo, pero también soy consciente de la realidad que está viviendo Liverpool hoy por hoy, que venimos primeros y que la oportunidad puede llegar también", dijo con ilusión.
DR. ALFARO.
La pelota va para el museo que tiene en Treinta y Tres
Es la primera vez que Emiliano Alfaro convierte tres goles en un partido y por eso la pelota que no se cansa de exhibir orgullosamente, tendrá un lugar de privilegio en el museo que está armando en su dormitorio del hogar paterno en Treinta y Tres.
"Todavía tengo pocas cosas. Allí está la camiseta con la que jugué la final frente a Brasil en el Sudamericano Sub 17; la primera que usé en la selección y la primera de Liverpool. También una que cambié con Paolo Montero cuando recién había vuelto de Europa y la de Bruno Fornaroli. En la selecciones juveniles hice muchos amigos y algunos están jugando en las mejores Ligas del mundo. Siempre trato de intercambiar cosas".
De los tres goles que le hizo a River, el que más le gustó fue el segundo, sobre todo por la jugada. "Matías (Castro) sacó desde el arco, la pelota picó, giré y me quedó justita. Le pegué y fue un golazo. Entró justito. No voy a mentir, a veces le pego al ángulo derecho, o al palo derecho y me sale al izquierdo", admitió.
"Cuando terminó el partido le pedí la pelota a Larrionda, pero me dijo que era de River y que tenía que pedírsela al delegado. Pero le insistí un poquito más y me dijo que me la llevara que él hablaba con el delegado", contó agradecido con el juez.