lunes, 5 de julio de 2010

LA LIGA 10 LA LIGA 10 LA LIGA 10 LA LIGA 10

Vaca Azul Olimar 3 [Enso Mendez, Cristian Maguna y Alejandro Darias] - Peñarol 1 [Mario Carrasco]
El que se equivoca menos… Gana.

Por Juan R. Silva

Muchos errores, demasiados, pero con una connotación que sin lugar a dudas marca la realidad de nuestro humilde futbol amateur, donde casi todos, casi dije, juegan solamente por que les gusta y por el placer de disputar un deporte o un juego, sin las exigencias y sobre todo sin las cualidades que el ultra profesional Mundial nos ha bombardeado televisivamente en el ultimo mes.
Y digo esto porque en este encuentro los errores individuales de Peñarol fueron mucho más decisivos que los errores colectivos de Vaca Azul Olimar. Y eso solo puede pasar en un futbol donde su connotación es evidentemente desprovista de exigencia técnica.
Sin dudas hubo un acontecimiento que se dio al iniciar el partido que marcaría justamente esa incidencia individual emocional en el elenco aurinegro.
La lesión de Falu Saravia el arquero que tanto esperó Peñarol, obligó a que su jugador más temperamental, más rebelde anímico y futbolísticamente, Marcelo Goldaracena, tuviera que ponerse el buzo de golero.
En el futbol hay tres tipos de jugadores, están los que se rebelan ante las adversidades, están los que necesitan que un compañero los apoye y ante eso toman animo y están los que se entregan, Marcelo Goldaracena es de los primeros pese al exceso de peso que lo perjudica en el despliegue, pero es harto evidente que su respaldo anímico le da temperamento al resto, algo que Peñarol extraña desde que un dia Ángel Carrasco se fue a estudiar a la capital.
Y Marcelo salio del centro de influencia y se fue al arco donde es simplemente un jugador que se para bajo los tres caños.
Vaca Azul Olimar esta realizando un error conceptual muy importante, a decidido jugar dos campeonatos [primera y cuarta] a la vez y en mi modesto entender exige a varios de sus jugadores a un doble esfuerzo que los perjudica física pero sobre todo conceptualmente, es distinto un empate en cuarta ante Lavalleja por ejemplo que es candidato, a un partido de primera ante cualquier equipo, hoy encontró a un Peñarol que hizo mucha fuerza para perder pero ante un rival mas poderoso lo va a pagar. Y el ejemplo mas claro es o fue la ausencia de uno de los dos jugadores que le podían dar control de pelota en el medio campo, me refiero a Leo Ricardi expulsado en el partido de cuarta ante Lavalleja jugado ¡¡¡1 hora antes en la cancha de Huracán¡¡¡.
O sea colectivamente el error auriazul es tremendo, no definió que es lo prioritario y por tanto agrando excesivamente el margen de error.
Porque la ausencia de Leo y en el primer tiempo de Anderson Coronel hicieron que a pesar de estar ganando, por un pelotazo frontal mal defendido por Peñarol, que jugó al offside con los líneas del futbol olimareño, gracias al oportunismo de Enso Mendez, a partir de allí Peñarol manejó los tiempo y la posesión del balón todos los 45 minutos iniciales.
Y de no mediar la soledad de Cesar Almeida, el mejor de la cancha pese a la derrota a la hora de atacar, Peñarol pudo empatar.
Eso y la buena tarea de Cristian Maguna en defensa con el respaldo físico de Darias y Elder Gadea pero sobre todo la tibieza ofensiva de Peñarol.
Y Peñarol basado en la movilidad de Marcelo Pachón disponía del balón, pero salvo algún pase profundo de Maxi Castro, el aurinegro no profundizó nunca, ni por dentro y mucho menos por los laterales donde Arada claramente planteó desequilibrar, nunca los de afuera de Peñarol fueron agresivamente a buscar el área rival.
Y acá fue donde se sintió la falta de Marcelo Goldaracena, nadie obligó ni empujó a ningún jugador de Peñarol a presionar a una defensa que colectivamente casi siempre se paró en línea y estática.
Peñarol dispuso casi todo el primer tiempo del balón y de la iniciativa, pero solo Cesar Almeida quiso convertir un gol decididamente.
Peñarol decidía individualmente mal, sus jugadores tomaban malas decisiones, Arismendi, Brun y Carrasco que debía andar y trasladar el balón tocaban y pasaban, Gadea, Castro y Milder que deben jugar casi de primer intentaban manejar el balón ante un equipo que solo anticipaba y metía pelotazos a las espaldas rivales porque carecía de alguien que manejara el balón en zona media.
Y lo que les decía de los errores individuales y los errores colectivos, el intermedio y el manejo de los cambios, demora el cambio de poner los delanteros el técnico aurinegro Arada y Dardo Pereira, que hace ingresar a Anderson Coronel, tiene que excluir a Enzo Méndez, en esa dualidad de Vaca Azul Olimar para decidir por primera o cuarta, entonces ahora tenia alguien para poner el pase de gol, le faltaba quien lo pudiera definir.
Pesó el error individual, sin confianza para ponerla en ofensiva, donde solo estaba Almeida, Marcos Milder quiere dominar un balón, este se le va largo y ante el anticipo de Sosa, Marcos de atrás y en una acción que Gancio juzga peligrosa para el adversario y con fuerza excesiva, veo la roja directa.
Peñarol con uno menos y con los cambios, ahora si gatillados, Teliz y Diago en cancha, en los próximos 15 minutos tuvo tres chancees claras de gol, dos de Almeida que era enganche ahora e indetenible porque como Pereira había sacado a Rodriguez la Vaca no tenia ayuda para Sebastian Gadea y este estaba muy desorganizado tapando todos los huecos que la mayor tenencia de Peñarol provocaba.
Y Peñarol falló individualmente en las tres definiciones, una de Seba Brun, sin confianza para darle de primera, y las dos antedichas de Almeida que el mismo armaba.
Pero, pero, pero… un error individual de Carlos Teliz, quien también se tira con la suela y desde atrás sobre un adversario, con un Gancio muy sensible o muy riguroso, eso es algo que tiene que descifrarlo el jugador, es error del jugador, si tenes un arbitro sensible no podes ir de atrás porque te echa y Carlos Teliz, un chico con muchas condiciones técnicas, fue como si el juez fuera De Mello, un error.
Y Peñarol igual pareció asimilar los dos menos es que Vaca Azul al garete en el medio campo, sin apropiarse del balón , yendo ciegamente para adelante, no trabajando la jugada, sin pausa y sin precisión, perdía rápidamente el balón.
Y otro error individual, esta vez del zaguero central Araujo, dicen los jugadores aurinegros que el marcador no toca al delantero auriazul, ahora el año pasado Araujo, que siempre fue delantero cometió el mismo error, en el área SE ACOMPAÑA ESTEBAN, ¡¡¡NO SE CORTA¡¡¡ y más si el rival se va abriendo con respecto al arco.
Lo cierto es que Gancio vio contacto y el estaba acerca, eso es innegable.
El penal que Cristian Maguna convierte, redondeando un buen partido, ojo Maguna es de los jugadores que yo decía hoy, ante la adversidad se agranda, tiene lo que hay que tener para ganar partidos, a veces el temperamento lo traiciona y se regala pero es un jugador con proyección de selección, tiene 19 años.
Y ahí se terminó el partido, con dos menos, dos goles atrás, Peñarol arrió las banderas, el gol de Darias en una pelota quieta que Peñarol no defiende, solo afirmó eso y el descuento de Carrasco servirá para la estadística y sobre todo para confirmar que Vaca Azul es frágil en defensa salvo Maguna.
Peñarol fue un cúmulo de errores individuales, Vaca Azul tuvo tiene un errores colectivos muy importantes, no prioriza competencias, nunca pudo ordenarse, no defendió bien, estuvo muy impreciso en media cancha y la dependencia de Mendes en ataque fue en este partido absoluta, los otros goles los hicieron los defensas.
Pero a diferencia del gran futbol mundial los errores individuales pesaron más que los colectivos… ¿a diferencia?

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