miércoles, 5 de diciembre de 2018

Clausura 2018-

El fútbol…versión lógica.


Por Juan R. Silva

Dos cosas absolutamente objetivas y entrelazadas, Peñarol ganó justiciera y merecidamente en los penales lo que debió obtener en los 90 y si eso no pasó antes fue por el conmovedor, solidario y sacrificado esfuerzo de todo Yerbalense.
La curva de rendimientos individuales de los aurinegros ha vuelto a su punto máximo pero esta teniendo en estos últimos partidos, fruto del discurso y la aplicación de este por parte del técnico Marcelo Ferreira una superior resolución colectiva que la que nos tenia acostumbrados el “anterior” Peñarol que sin elaborar mucho “iba a los bifes” continuamente.
A la vista del rendimiento en resultados y tramites esta mas cómodo Peñarol con este formato y sobre todo la experiencia contrita en estos mas de 40 partidos en el año juntos y con jugadores “cola pelada” en nuestro medio y afuera lo hacen  cada vez mas favorito y el desarrollo del juego lo muestra con confianza para plasmar lo suyo.
Fue futbolísticamente, en el dominio del balón y en el posicionamiento territorial, algo en lo que ha cambiado claramente Peñarol, parando su línea de 4 en el medio del campo y jugando mas corto entre las líneas de contención y de armado, fue superior entonces Peñarol a un Yerbalense al que su idea de juego (“el cardumen de mojarras”) ya, por un tema físico y de recambio, no le da ni sorpresa y ha bajado en la intensidad.
Todos saben que Yerbalense va a presionar al balón y a los posibles apoyos cercanos de manera compacta sobre todo en la salida y el medio campo “alto” y o cambian el frente en esa zona o si tienen dificultades técnicas directamente se la saltean y como paso con Peñarol la otra noche, buscan por los laterales de ese medio campo que queda pasado al saltearse la presión alta, trasladar y generar juego para los delanteros, en este caso con Nicolás Gutiérrez en una función de traslado y habilitación que cumplió a cabalidad.

Pero además este “revelación” Yerbalense es apurado , Peñarol lo hizo fuertemente , luego de que en el anterior partido Huracán también lo hiciera, cuando es desbordado por un lado y atacado por el otro, siente las pasadas el equipo de Rodríguez.
Y fruto de que no podía recuperar alto el juego de intensidad física de Rodrigo Ávila, Medina, Petry  y Fernando Correa no podía imponer su “quito y atacó el espacio” sencillamente porque los espacios a recorrer eran largos y las habilitaciones de Gómez y Floreta siempre encontraban transiciones rapidísimas de Peñarol que tenia siempre no menos de 5 jugadores por detrás de la línea de la pelota, nadie miraba en Peñarol perdía la pelota y volvía.
Con todo esto a su favor ni en un primer tiempo donde fue relativamente superior pero sobre todo en el segundo cuando fue claramente dominador del juego Peñarol no pudo cristalizar esa superior antes descripta sino que incluso en los últimos 10 minutos de adición por la lesión del joven arquero Suárez Yerbalense se impuso mentalmente a su rival y sacando fuerzas de no se sabe donde tuvo sus confusas t forzadas oportunidades que transformaron al arquero Acosta en una de las figuras del partido, que dicotomía no? 90 minutos dominando, esos últimos 10 dominado.
La explicación de este sorprendente tramite donde durante esos 90 MINUTOS REGULARES Yerbalense fue dominado y empataba esta en que todos esos conceptos técnicos, tácticos y físicos   se absorben  desde lo mental, desde lo anímico casi, desde lo visceral.
Yerbalense en este partido aun mas que en todo el campeonato fue “el cuadro del pueblo” ese que todos queremos que gane en lo sujetivo, el que te contagia sensibilidad y emotividad, el que pone la piel, el cuerpo y el alma en pos de emparejar lo que objetivamente no se puede, el que te da esa dosis de creer que lo imposible es posible.
Porque aparte de que su triangulo final jugo un partido inmenso, aprovechando Suárez que el trabajo del resto del equipo  hacia llegar a los delanteros aurinegros “todos mordidos, empujados, exigidos” a la definición y que tanto Padula como Acosta jugaron el partido de su vida solo con algún traslado innecesario de “el gordo”, el secreto de eso de ese contagio albiverde que se desparramó por la noche del  Parque el domingo fue  ese no entregarse aun superado, ese seguir creyendo casi ilusamente que se podía, porfiadamente, cándidamente, tenazmente, chocando, “tirándose delante de la bala”, tocando el balón desde atrás cuando eran superados, ese espíritu, de lucha tozudo, inquebrantable, indomable fue lo que hizo que el 90 % del Parque quisiera y empujara la resistencia albi verde.

Que mentalmente sorprendió a Peñarol, lo meyó pese a la seguridad que tiene este copero mirasol, que debió incluir a Wilfredo Aquino en el segundo tiempo pese a estar sentido y que provocó que en los penales Martín Ávila se sintiera, porque el desgaste estuvo ahí, como el boxeador que pega mil piñas y sobre el final se cansa mas mentalmente que físicamente.
Porque tal cual las películas de Roky ( Silvestre Stalone) Yerbalense que estuvo con la rodilla en el suelo, cuando un error grande del línea Perrugoria ( volvía de la posición adelantada Martín Ávila) obligó a una atajada corajuda de Luciano Suárez y esto lesionó al pequeño y joven guardameta del Yerbal en el momento que Rodríguez ya había dispuesto los cambios.
Sin arquero suplente, tenia 3 arqueros Peñarol en este partido (Acosta, Alves y Godoy que podía jugar de lateral derecho también)  lo que da una idea de los diferentes potenciales estructurales y de recursos humanos de una y otra institución…HOY.
Wilson Gómez al arco mientras esperaba Yerbalense solucionar el problema ( que no pudo solucionar) y perdía mucho con Suárez lesionado pero perdía mas sin Gómez en el medio juego, porque no tendría quien en una pelota quieta o en una habilitación le diera una pelota redonda a los de arriba, no tenia chancees Yerbalense decía la lógica mientras Petry , Avila y Correa seguían corriendo perdiendo ante un equipo mas compacto pero contagiando a los chicos en que se podía aun.

Resistió los últimos minutos oficiales de los 90 Yerbalense cuando Julio Sánchez dio la adición que correspondía y detengámonos ahí Yerbalense demoró lo que pudo como forma de resistir, hizo 3 cambios y cuando se lesionó Luciano  Suarez el partido estuvo parado 5 minutos…que los que no saben digan bobadas entiendo ahora los que saben…que necesidad de exponerse así.
Lo increíble es que la tozudez de Yerbalense derrotó a Peñarol en esos 10 minutos, Peñarol tuvo miedo escénico de que  de haber tenido todo para ganar el partido se perdiera fortuitamente y esa osadía ilógica de los albi verdes sitio en ese lapso a Peñarol que increíblemente tuvo mas espacios, pero no era intencionado de Peñarol era obligado por Yerbalense y los penales fueron un premio para “los heroicos” defensores del Yerbal que tenían aun una bala.
Fue mucho más acertada, aplomada y segura la definición de los jugadores de Peñarol que en el cuarto penal ejecutado ganaron la brega 4 a 2 con un acierto del 100 % mientras que Nando Correa y “Vincha” Ávila erraron los suyos con una decisiva actuación de Acosta en el tiro de Rodrigo.
No se le puede decir absolutamente nada a los dos y aun en eso estuvo bueno lo de Yerbalense, quienes llevaron a Yerbalense hasta ahí, lo de Nando mas aun que en los 90 minutos y en un campo de juego, mucho mas, lo que llevaron a Yerbalense hasta ahí lo dejaron ahí.
Peñarol ganó bien claramente, no debió llegar a los penales, esta de vuelta en un punto alto de su curva de rendimiento, lo que le dio tanto dramatismo a su triunfo fue la tozudez anímica, la enjundia irracional de un equipo que no se daba por vencido aun superado, aun con problemas existenciales y puntuales casi sin recambios, con un arquero improvisado los últimos 30 minutos.

Dos equipos triunfadores, el saludo respetuoso y cordial de Peñarol al final a los emocionados chicos de Yerbalense reconoció esto, igual no debemos quedarnos solo en lo emotivo, sino seguiría siendo la exaltación del merito, Peñarol tiene mas presupuesto, pero lo aplica, lee bien los partidos, no duda en tomar decisiones, esta en un presente  exitoso, Yerbalense debe atesorar estas experiencias positivamente para dar el salto de calidad.

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