viernes, 23 de diciembre de 2011

La Liga 11 La Liga 11 La Liga 11

Huracán 2 (Matías Rodríguez x 2), San Lorenzo 2 (Víctor Goldaracena x 2)

En definición por penales (Huracán 5, convirtieron Matías Rodríguez, Juan Pedro Puñales, Rodrigo Alfaro, Mario Perdomo y Gonzalo Welker, San Lorenzo 4 convirtieron Victor Goldaracena, Manuel Graví, Martin Ávila y Jorge Alzueta.

“300”

Por Juan R. Silva

En un partido dramático y casi épico Huracán derrotó en definición desde el punto del penal a San Lorenzo y paso a jugar la final de los Play Off ante su clásico rival el club Treinta y Tres.

Huracán llegaba casi que desfalleciente a tan importante corte, el cruce con Lavalleja había sido el más fuerte de los cuartos de final del torneo y su definición desde el punto del penal con una alta dosis de emoción más un primer partido muy cerrado con su rival en la ocasión, sin dudas para mí el que mejor juega en nuestro futbol, había hecho que los albos sufrieran varias bajas de importancia, que al igual que el año pasado le están pasando una factura importantísima en el aspecto físico.

A la falta por lesión de varios jugadores quizás el más emblemático en este último tramo sea Ignacio Gómez, la suspensión de Simón Mier por acumulación de amarillas dejaba al albo sin su motor y eso amigo no es un detalle menor.

Y así como decimos esto decimos que en el anterior partido había terminado mucho mejor San Lorenzo en todos los aspecto hasta en el emocional, tradicional baluarte de los dirigidos por Sergio Mier.

Pero “un gol del vestuario” que convirtió el “Pichón” Gómez, impactante disparo desde la entrada del área que sorprende a Rodrigo García y se le cuela en el segundo palo, le facilitó grandemente la idea base que el elenco del globito que era conseguir una ventaja prontamente y defenderla sin tener que exponerse a un desgaste físico que sabía bien era muy difícil, casi imposible que aguantara.

Pero San Lorenzo prontamente y sin inmutarse por la rápida apertura del marcador albo comenzó a articular su juego asociado que es su máxima premisa a la hora de jugar.

Un gran pase de William Alzueta encontró a Martin Ávila y pese a que Martin envió un centro muy cerrado que no pudo conectar Manuel Graví a todos nos quedo claro que había una zona, la derecha del ataque santo, que sería la zona de lanzamiento y desborde del azulgrana.

Tal cual el anterior partido Matías Rodríguez volvía a superar a su marca y generar pelotas quietas, la segunda parte del libreto albo, para así hacer valer el juego aéreo y la rapidez para capturar rebotes ofensiva, el arma hoy del ataque del globito, así un cabezazo suyo a la salida de un córner se va apenas desviado cuando era gol por todos lados.

La derecha seguía siendo la zona donde San Lorenzo complicaba a Huracán, la diferencia de aceleración entre Rodrigo Segovia la mejor figura del partido mas allá del penal errado, con Cosio era desequilibrante y no era más ostensible porque Martin Ávila viendo ese espacio, equivocadamente, también se tiraba allí facilitando así la marca de un esforzado Mauricio Mier, que se debatía en inferioridad numérica pero que maneja como pocos el achique de la zona.

Igual un desborde de Martin Ávila por derecha se pierde altísimo y enseguida una invasión desde derecha al medio del área de Jorge Alzueta no se puede cristalizar porque el 5 tira desviado.

Lenta pero inexorablemente San Lorenzo rodeaba a Huracán y el empate caía por su peso, solo la imprecisión en el último pase santo era ayuda extra para la sacrificada defensa alba.

Una gran jugada de Rodrigo Segovia en lo individual culmina con un tiro de Manuel Graví en el parante y ahí si era ya evidente que no podía contener el medio juego de Huracán a su rival, para peor se lesiona y tiene que salir el referente albo en ese lapso que era Fernando “Pichón “ Gómez.

Y el penal, muy protestado por Huracán, de Rodrigo Taran que las cámaras muestran claramente, puso las cosas en su lugar, empate en 1, pero también la dio ese condimento anímico y de contexto que el globito precisaba, ahora protestaría todo y todo le serviría para “ensuciar” y enlentecer el tramite, la idea era cortar el ritmo de un equipo que futbolísticamente ene cuanto al manejo del balón y la optimización de los espacios hoy lo supera claramente.

Pero contó con una ayuda reiteramos demasiado inesperada, tan inesperada como inexplicable y posible de entender más que por el lado de la mala fortuna, que fue la imprecisión santa ahora ya no en las asistencia sino en la definición, porque el gol que erra Martin Ávila de cabeza, entrando solo y sin marcas en el segundo palo, sin oposición de ningún tipo y errándole al arco a 30 centímetros de la línea de gol es, redundancia obvio, inexplicable.

Y esa imprecisión casi tiene un castigo apresurado cuando Manuel Cosio luego de una jugada donde la perseverancia de Rodrigo Alfaro, un luchador inclaudicable e inteligente mas allá de la antipatía que genera su reclamo permanente, Manuel Cosio decía encuentra un rebote que genera la lucha y la persistencia de Alfaro y lo estrella en el travesaño, el castigo para la imprecisión santa pudo ser muy fuerte, de hecho lo seria en el segundo tiempo pero ya con el tiempo espirando Víctor Goldaracena encuentra un pase entrelineas de Alzueta y define por sobre la pobre salida de Welker, 2 a 1, justicia, lo dio vuelta porque jugando San Lorenzo es mejor que Huracán.

Pero amigos el futbol no es solo jugar la pelota y pasársela a un compañero y reducir el espacio para atrás cuando no tengo la pelota y agrandarlo para el costado cuando la tengo, no el futbol es entender que hay un contexto en cada partido y que uno debe leer ese contexto y aprovechar los errores de concepto anteriores en el rival y optimizar los recursos propios en base a aciertos propios y Huracán que con el ingreso de Juan Pedro “Pepe”Puñales tenía más volumen de juego y no entregaba tan ligero la pelota, metió ahora a Juan Francisco “Tito” Puñales y su gambeta y tenencia de pelota empezaron a obligar a San Lorenzo a tener que recuperar el balón, allí en santo entra inexplicablemente en roces, en cortar el partido también, juega a los que Matías Rodríguez y Rodrigo Alfaro proponen entonces y que ya les contábamos más arriba, faulearlos en las inmediaciones del área santa y que Huracán se acerque en bloque a cabecear a o rabotear y los albos reciben también y reiterativamente el error de definición azulgrana que sería el gran causante en nuestro humilde entender de su derrota final, porque Sn Lorenzo insiste en ir de derecha al centro y ahí en los últimos trancazos el visiblemente lesionado Andrés Ferreira y Rodrigo Taran de afirman.

La expulsión de Silvera ya le daba casi una dimensión épica al partido de Huracán, toda la presión para San Lorenzo, toda la ¿ventaja? Para los dirigidos por Jacinto Terra, la lectura eterna del futbol de Treinta y Tres sobrevolaba en el estadio, lo mejor siempre en nuestro futbol es ir de punto, eso te saca “presión “ ( jajajaja presión: modo “elegante” de decir tener miedo a perder).

Orgambide pierde un cabezazo muy claro por poco y después un penalazo de Oscar Gómez a Manuel Graví, pero grande heee, un jalón de camiseta que se vio desde la cabina ( y después hay algunos que dicen que los jueces los roban solo a ellos, los jueces se equivocan para todos lados) y si ustedes recuerdan en el otro partido fue igual, lo cierto es que el escenario ( el contexto) estaba pronto Huracán de no pasar nada raro empataría porque San Lorenzo perdonaba en demasía, no era contundente y “goles errados son…”.

Y llegó el empate, un fricción que genera claramente Rodrigo Alfaro, vivo como un rayo vio que Eduardo Alvares se predia en “lo que sea” y que Calastreti, pese a jugar bien otra vez, también, entonces chocándolos, “chamuyando”, los hizo entrar y la manera que encontraban los defensas azulgranas era golpearlo, ¿¡Qué mas quería el rubio?!, foul, adelantamiento masivo albo y oportunidad par a un cabezazo o un rebote y el foul de Álvarez genera esa falta el centro llega la corazón del área y para mi Calastreti, después me dijeron que era Orgambide, toca el balón con la mano, otro penal bien cobrado por Taño que digamos en los dos penales estaba de frente y a menos de 10 metros y después a 300 metros desde la tribuna hay quienes cuestionan el fallo, seguro, entiendo, el corazón tiene razones que la razón nunca, nunca va a entender .

Y hay que darle la derecha a la historia, nobleza obliga reconocerlo, creí en cierto momento, al inicio del segundo tiempo cuando la expulsión del técnico albo, que Huracán entraría en la historia de los últimos tiempos, “protesta, lloringuéo y meto lio” pero se la bancaron como deportistas cabales los jugadores albos, su juego era llevar el partido al aspecto anímico y lo hicieron sin descontrolarse, salvo alguna excepción pero muy aislada, y dentro de ese clima caliente nunca hubo una actitud extra de los que Santana debió seguir dirigiendo, sacaron ventaja si de un arbitraje que permitió la protesta, el roce y que por ser ex jugador Taño, conoce algunos códigos de cancha, pero cuando a alguno de los azulgranas se les “salto el chip” ellos no entraron en la pelea sino que con manejo del contexto manejaron la demora.

Decía esto porque el penal ejecutado por Matías Rodríguez, puso en un lugar complicado a San Lorenzo en el lugar que Huracán, desde antes del partido lo había querido poner, obligado, presionado, urgido.

En desventaja futbolística, revirtiendo un marcador en contra, 10 contra 11, con el motor afuera, con varios lesionados, los albos parecían los espartanos de la película “300”.

Y fue en ese momento cuando Huracán tuvo su “Leónidas” porque Welker, un arquero de innegable trayectoria no había tenido un buen año en el arco del globito, incluso en el primer partido contra Lavalleja, después de dos errores enormes, había más de uno que pedía que el arquero suplente, de las inferiores albas, Nicolás Rosas se hiciera cargo de la valla.

Y Welker primero tapando una gran jugada de Rodrigo Segovia, imparable por la franja derecha, después tapando una definición cara a cara de Martin Ávila , después de una pared entre le ingresado Oscar Mieres y Segovia y una sacada ante un tiro frontal , desde afuera del área de Manuel Graví, que el arquero hizo simple cuando era muy difícil por la potencia ay el efecto que traía el balón Welker le dio la tranquilidad que necesitaba el albo.

Que incluso pudo ganar el partido pese a ser dominado en gran parte del mismo, porque Manuel Graví tiro agónicamente al córner una gran jugada individual de Mario Perdomo que García había rebotado con el pie y que varios reboteros albos buscaban con desesperación.

Y además, ¿era poco lo que ponía Huracán? Corazón, maña, experiencia, agresividad, persistencia, por supuesto que tubo lo que tiene que tener todo aquel que apuesta a jugar en “función de” en el futbol…suerte.

Porque esa última pelota con Martin Ávila girando en el área rival, luego de Welker le tapara un mano a mano a Mieres y que quedara indefenso, con el “chiquitín” girando sin rival en la meta y que su tiro pegara en el lateral derecho y se fuera afuera, fue la frutilla de la torta, 5 de Oro con revancha y la extra.

Todo el guión de la película se había casi desarrollado pero faltaba “el gran final” y dicen los que saben de arte que toda gran película debe tener un final triste, esta no fue la excepción, porque la definición a penales con toda su carga de dramatismo se fue desarrollando con alegrías y tristezas, con una dosis importante de suspenso, porque las ejecuciones tuvieron su toque emotivo, el resbalón de Martin Ávila y su conversión cuando todos pensamos que lo podía errar visto que el chiquitín esta meado por un dinosaurio en esta temporada en materia de gol, la definición exquisita del Colacho , igual a la otra ante Lavalleja, llegando pisado para la derecha y punteando con izquierda, el erro de “Tito” Puñales que adelanta a San Lorenzo, que faltando el ultimo penal estaba 4/3 arriba.

Y el final triste: el mejor jugador del partido, una de las dos más importantes apariciones de la temporada, aspirante firme a la revelación del año, el chico Rodrigo Segovia de 16 años ve como el penal que pateo con tanto ilusión es detenido por Welker, porque digamos algo que pocos analizan, el arquero albo atajo el penal de la “picada” contra Yamandú Tabeira en el clásico, a él Martin Ávila le desvió el tiro cuando San Lorenzo tuvo para ser campeón del Clasificatorio ante Huracán, él le detuvo dos penales a Lavalleja, a mí personalmente no me gustaría definir el ultimo penal ante este muchacho no?.

Y después también le atajó el primero de la serie de uno a Orgambide, entonces el arquero, “el Leónidas” de los “espartanos” albos definió la serie con un tiro fuerte y bajo.

Un final de la película de Spilberg, el futbol es él y su contexto, Huracán con “esa historia” de no jugar cada 48 horas, que sorpresivamente la institución digo , la misma que armó el formato del campeonato junto a San Lorenzo y Lavalleja en el Rancho, la misma que modificó en la última asamblea extraordinaria la definición del campeonato que repito ella había instrumentado, la institución esta enarbolando, Huracán logró lo que busco, todos mirando a los albos, todos haciéndolos el foco de su energía, todos pendientes de su decisión y “ su cabeza” de equipo con historia, tiene 23 títulos en nuestra Liga y un septenio que fue ganado por el hombre cuyo nombre tiene el campeonato, las causalidades no?.

Su cabeza de equipo con historia emergió fuerte de los infortunios, de las lesiones, de “las contras”, ganó la llave y ahora ira ante su clásico rival, que digámoslo tiene todas las ventajas, pero…dicen los que saben que “la única Batalla que se pierde es la que se abandona”

No hay comentarios: