jueves, 28 de julio de 2011

Olimareños en la final de América

CRÓNICA DE VIAJEEL PASAJE
El mismo miércoles me puse en campaña llamando a dos agencias de viaje locales y quedé anotado. Yo estuve trabajando en Maldonado así que no estaba al tanto de las novedades. Cuando volví a casa de noche, me puse al día de que la cosa estaba brava para conseguir entradas y cupos en las excursiones, ya que a éstas también les escaseaban las entradas. El jueves me llaman de tarde que había lugar y que debía confirmar YA. Lo hice y así emprendimos la travesía con mi hijo Gerónimo hacia "allende el Plata".
EL VIAJE
Ya había calculado el periplo en 4 + 4 + 4 horas, o sea 4 horas de 33 a Montevideo, 4 horas a Fray Bentos y unas 4 horas hasta Buenos Aires, bueno, faltaron otras 4, las que casi demoramos en la frontera para hacer los trámites de Migración. No sé cuántos eran, dijeron que 6, luego 3 kilómetros, pero la cola era larga y estuvimos parados desde las 5 hasta después de las 8 y media de la mañana.
PAISAJES
Siempre me gusta "almirar" el paisaje que uno va recorriendo. Entre Ríos es tan aburrido (o más) que nuestra "penillanura orientala" (salvo las ondulaciones que ostentan los vecinos serranos y fernandinos, entre otros). Y una vez ingresados a la provincia de Buenos Aires, es casi una urbanización sin límites, muy parecido a la Ciudad de la Costa de Canelones, con autopista y mucho comercio en las laterales, sólo que toda idea uruguaya multiplicada por 15 (no por los títulos sudamericanos si no por las famosas veces que cabe el territorio uruguayo en el argentino): plantas de manzanas y manzanas cubiertas de automóviles, centros comerciales enormes, etc. etc. hasta llegar al Gran Buenos Aires y la propia ciudad de Buenos Aires. Pleno domingo al re pedo en una ciudad en que sus habitantes no tenían fútbol y sin embargo un movimiento enorme.
DESAYUNANDO EN EL CONSULTORIO
A la salida de Gualeguaychú, todas las excursiones recalaron en un parador a la vera de la Ruta 14. Una amplia explanada y dos negocios casi idénticos recibián las decenas y decenas de uruguayos hambrientos de gloria y de algún café, "sánguche caliente" (que según la Guía Michelín teníamos que pedir como "tostado"), refresco (ibídem "gaseosa"), recalaron con el patrocinio de todos los guías de excursiones, que cual romanos nos condujeron a esos circos como a los cristianos hacia los leones.
Allí, como en consultorio de dentista, nos arrancaron las muelas. Los años de bronca acumulados por las protestas contra Botnia (que dicho sea de paso tuvieron éxito porque Botnia se fue, hoy está UPM) inflaron los precios para desplumar al montón de uruguayos que pasó por allí. DIRECTO AL ESTADIO
No pudimos ni ir hasta el centro, 9 de Julio, Obelisco y todos esos "fetiches" para los turistas sacarse fotos. Algunos coterráneos con los que nos encontramos a la vuelta tuvieron mejor suerte en este tema, pero nuestros guías nos dejaron directo en el Estadio con consejo de entrar enseguida para evitar riesgos con las entradas. Así que a la una y algo ya estábamos en el Monumental de Núñez, que, vaya contradicción queda en el barrio de Belgrano (gracias, Wikipedia) y no en el vecino Núñez. Comimos hamburguesa y pancho de calidad de estadio de la OFI a precio de final de Copa América (perdón, pero abusé, en algunos estadios hay unos chorizos riquísimos como en Vergara...), pero pudimos saborear una Quilmes sin restricciones en los asientos de la platea de la tribuna Centenario (similar a nuestra Amsterdam). Nos tocó una vista privilegiada, porque estábamos en el anillo del medio en la primera fila con el tercer anillo (la popular) como techo. Hermoso estadio, similar al Centenario, pero más cerrado y como más para arriba, no tan expandido como nuestro estadio. Muy colorido con los colores de River. Admirable el estado de las plateas, con asientos de madera y posabrazos que no sé como no los han hecho pelota en los tantos líos que dos por tres se arman.
COLORIDO
Poco a poco el estadio fue cubriendo el blanco y rojo de las graderías por celeste y por otro blanco y rojo pero de camisetas paraguayas. La tribuna de enfrente (la Sívori, nuestra Colombes) quedó con un 60-40 a favor de los paraguas, la nuestra, en los dos anillos de abajo 100 % uruguaya, para arriba no veía, pero sé que en un extremo habían paraguayos. En la tribuna Belgrano (la América) eran más los uruguayos) y en la San Martín (Olímpica) había más uruguayos pero estaba mucho más "misturada" la concurrencia.
MUFA
Para colmo de males del club dueño del club, cayó ante Belgrano, el estadio está en el barrio Belgrano y la tribuna principal se llama Belgrano... y ayer una selección con los mismos colores de Belgrano salió campeona, yo que ellos (muy creyentes por cierto), me hacía santiguar... o recurría a Rosas, Mitre, Sarmiento o quien sea para sacar el nombre Belgrano del entorno.
LOS CANTICOS
No sé si era mi impresión por estar en una tribuna mayoritariamente uruguaya y con la acústica de estar techados, pero era abrumadora la mayoría de cánticos celestes. Desde el "volveremos, volveremos ...", "soy celeste...", "a estos homosexuales les tenemos que ganar..." o el moderno "el Gorzy se la come..." cada vez que el empleado de Tenfield recorría la panorámica de la tribuna con su "cámara celeste".
EL PÚBLICO
No vi ningún argentino, más allá de los acomodadores o la policía. Quizá algunos mezclados, pero ninguno con distintivo. Sí un lote de brasileros con sus indumentarias "discretamente" amarillas y verdes "refolquentes" como diría Landriscina, que se ve que ya habían comprado el paquete con la final incluida y no se iban a perder el partido. En un momento entonaron un cántico (que no distinguí su contenido) el que fue duramente silbado por la "galera" celeste. Varios brasileros con camisetas de clubes y un brasilero mostrando su bandera del Bahia Esporte Club (de Salvador) en forma extendida para que no la confundieran con una bandera paraguaya (salvo por el escudo es igual). Un pajarraco parecido al viejo "Cole" colombiano y algunos ecuatorianos conformaban la fauna distinta a la uruguaya. Muy cerca nuestro, llegó temprano y tomó su lugar, con una chiquilina muy jovencita que debe ser su hija, Daniel Carreño.
LAS BANDERAS
Lástima que con el apuro no nos dio para ir "munidos" de algún "trapo" identificatorio para decir presente y para que las cámaras lo tomen a uno en cuenta. Así que no pudimos decir "33 presente" o "GIEFI presente", pero pudimos ver menciones a muchos puntos de nuestro país, empezando por un gran Santa Clara de Olimar, Guichón, Algorta, Piriápolis y muchos otros más...
EL PARTIDO
Después "cuentos conocidos" como dice Jaime Roos. No voy a comentar los 90, que ustedes lo vieron hasta con más detalle que yo (los "ripley" son escasos y en un recuadrito chico en el placard). La única diferencia es poder gritar allí, abrazarse con conocidos y con desconocidos, todos ritos que ustedes ya conocen... con la salvedad de que esta es una ocasión histórica, que nosotros que le damos tanta bola a esos temas, tenemos que valorar con un valor agregado.
Los nervios quedaron de lado, porque Uruguay ganó con una supremacía pocas veces vista sobre otra selección (quizá me remonto al partido contra Sud África por el Mundial y dejo de lado por supuesto los amistosos). Las reservas que todos teníamos sobre que Paraguay por su garra nos podía sorprender se terminaron por la contundencia del juego uruguayo, más allás que entre el primer y el segundo gol nos desordenamos un poco y nos vinieron los tarjetazos amarillos, pero bueno, dije que no quería comentar el partido.
ACABÓ EL "JEJUM"
Muy, pero muy gritado fue el segundo gol de Uruguay, el primero de Forlán, el que rompió el "jejum" de 12 partidos sin convertir y el que le abrió la racha para que en el segundo tiempo, con esa pelota que parecía que no entraba más, como en el segundo gol de Suárez contra Perú, Forlán igualara el record de Scarone. Un estentóreo "Diegó, Diegó" (como en el tango, las acentuaciones se adaptan al tono de la música, no porque tenga algún antecedente francés) pobló el estadio y rindió justo homenaje a uno de los más caros símbolos de este plantel.
ALGARABÍA TOTAL
Terminado el partido vino el griterío, la fiesta, los fuegos artificiales, los papelitos, la vuelta olímpica ("la que inventaron los Nasazzi, Rodríguez Andrade, etc." como se dice en estos casos), la más moderna y europea zambullida hacia la copa para delirio de los presentes y de todos los que salieron a inundar las calles de todas las ciudades de Uruguay. Pese a estar en el punto más "caliente" de la celebración, la ceremonia fue muy alegre, pero mesurada en cuanto a comportamientos "no apropiados", esos que se dan cuando el festejo viene acompañado de ingesta de alcohol en caja, en botella o lo que sea, que acompaña nuestros festejos callejeros).
Por eso la salida fue normal, cruzándose tranquilamente con los paraguayos. En particular, cuando nuestro grupo caminaba hacia el ómnibus, un grupo de paraguayos que estaba frente al suyo nos aplaudió diciendo "bien, Uruguay" a lo que uno no puede si no retribuirle el aplauso por el gesto.
LA VUELTA
Y mientras "el carnaval del mundo gozaba y se reía" en todas las calles uruguayas, los que estuvimos en el núcleo de la pasión, emprendimos rauda y calladamente la vuelta. Sin dudas que estas largas travesías tienen un momento mucho más intenso mientras se está en el estadio, pero largo periplo previo y el que aún resta por desandar a esa altura, modera los ánimos. Excepto aquellos que tengan más autonomía como para irse hasta la 9 de Julio (en Argentina todo tiene "cara de mujer", el país es mujer: LA Argentina, Buenos Aires era hasta hace poco Capital Federal y por ende Capital es mujer, LA avenida 9 de es mujer, en tanto en Uruguay todo es macho: EL Uruguay es macho, la capital es Montevideo, que tiene más pinta de macho, la calle principal es "dieciocho" que por más avenida es sólo "dieciocho" y es macho) y tomarse alguna "birra" en algún bar del centro, el resto estábamos supedidatos a los horarios de las excursiones.
PUNTO FINAL
El resto, muy similar a la ida, "arranque de muelas" en Gualeguaychú mientras los victoriosos compatriotas ya llenos de gloria procuraban el "minestrú" como dice un amigo, para "enllenar" el estómago. Otra espera, aunque no tan larga en el puente San Martín y otro ómnibus más en Tres Cruces para llegar a Treinta y Tres.
Queda para el mejor de los recuerdos haber concurrido a una final de una Copa América (la segunda personal luego de aquel choque en el Centenario 16 años atrás), haberlo hecho con mi hijo, y poder disfrutar de todo eso que tiene un partido de fútbol y de la selección nacional en un momento muy especial de la misma, en que se confirma su gran característica unificadora de los uruguayos; poder retener en las retinas los momentos más incandescentes del festejo y algunos recortes gracias al soporte magnético (fotos y videos) que le permiten a uno compartir sus vivencias con los demás. Sencillamente ESPECTACULAR.
Alejandro de León (GIEFI - Treinta y Tres)

78 - 31 - 15.... O UNA HISTORIA DE NÚMEROS, NOMBRES Y HOMBRES
Durante estas semanas de Copa América, entre los futboleros de este país (que podríamos decir que son todos aquellos que tienen uso de razón) han abundado los números como el 78, el 31 o el 15.


La mayoría de quienes invocaron el número de partidos que Rodolfo Rodríguez defendió la camiseta de la selección uruguaya (hasta el inicio de la Copa, record histórico) o el número de goles convertidos con la celeste de alguien menos conocido por las nuevas generaciones, pero que fue considerado el mejor jugador del mundo en su momento, como Héctor Scarone, repitió con certeza que esos records estaban a puntos de ser emulados o superados por las estrella del actual combinado uruguayo Diego Forlán.

Seguramente nadie fue a corroborar si esos números estaban correctos en archivos de diarios, en apuntes o aún a la más novel fuente de consulta a través de internet como Wikipedia.

Hay una confianza del público en general en las citas periodísticas de estos eventos, que a su vez, son recogidas por parte de algunos periodistas proveniente de otros "informantes calificados" que son los que efectivamente se rompen el coco en procura de esos estrafalarios registros: partidos jugados, goles convertidos, títulos ... por mencionar los más difundidos, u otros menos comunes como "el que más entró en el transcurso del partido", "el que más salió", el que fue "más veces capitán" y otro sinfín de particularidades que sólo un ínfimo puñado de especialistas (entre los cuales destaco a nuestro Martín Tabeira) que se ocupan de investigan afanosamente en recónditos archivos de bibliotecas, libros, diarios y fuentes de todas partes del orbe.

Esa menuda barra que cualquier ciudadano o incluso la mayoría de los futboleros de ley tilda de "excéntricos" es la que forma la masa crítica de los números históricos. En nuestro GIEFI, algunos más, otros menos, todos tenemos esa vocación por llevar el registro de la actividad futbolística hasta esos rigurosos sistemas de archivos que luego proveen los números que todos repiten en la calle.

Por eso quiero saludar a esa gente que se desvive por esos aparentemente "desnaturalizados" números, pero que tienen detrás de sí un sinfín de historias de nombres y de hombres que hicieron y hacen la historia del fútbol. De locos como ellos, como nosotros, se nutre la pasión de todos los futboleros de este país.

Alejandro de León (GIEFI - Treinta y Tres)

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