martes, 10 de noviembre de 2015

Por Inercia.

Por Juan R. Silva
Treinta y Tres recuperó su posición de privilegio en el campeonato Clausura, compartida con Huracán y volvió a encabezar la  tabla anual, luego de un justo triunfo, trabajoso pero justo al fin, ante el Vaca Azul Olimarudo.
Y estoy hablando de lo deportivo exclusivamente del domingo, porque es evidente, visto lo acontecido el lunes en la Liga de Futbol que aunque hubiera perdido el decano tendría igualmente los 3 puntos, porque “técnicamente” el fusionado jugó con la afiliación suspendida, lo que da otra clara muestra de lo que es este final del campeonato 2015 de la Liga de Futbol de Treinta y Tres: un caos total.
Pero nuestra función es analizar solamente lo futbolístico y allí en el verde césped, el primer tiempo de los dirigidos en la oportunidad, en su debut en tal faceta, por Horacio Gonzales fue bueno, superior a su rival, que se retiro ganando uno a cero con gol de Sergio Velarde, por la improvisación individual del delantero, pero que estuvo , el decano, muy lejos de mejor nivel futbolístico, extrañando quizás a Luis Fernández, pero más que nada confirmando que  sus jugadores de desequilibrio y armado de juego, no están en el nivel del Apertura y que esa imprecisión y falta de ritmo futbolístico la siente y mucho el albiceleste.
En esa primera parte, salvo en el gol y en algún otra oportunidad muy aislada nunca le tiró al arco a Edgar Cardozo, en su vuelta al arco rosado,  el equipo de Alzugaray intento una conexión entre Tabeira y Lemes pero el despliegue de Pedro Villar y la imprecisión de los dos talentosos jugadores del Treinta y Tres cortaron prontamente ese circuito.

Sin poder, bien escalonado y con poco espacio Rodrigo Segovia,  cambiar el ritmo y con los laterales muy contenidos, Treinta y Tres fue un equipo de 30 metros de ancho en una cancha de 70 y ahí el mencionado Villar, Mesique Cedrez y Gonzales, mas las ganas del resto del equipo absorbía cualquier intento decano.
Pero el problema para Treinta y Tres en la primera parte estaba en el muy buen momento futbolístico que está viviendo Matías Gallegos, con su tradicional movilidad, pero con una tranquilidad y precisión totalmente recuperada, mas una lectura correcta del juego, Kaki, le daba un desahogo continuo a su defensa y sobre todo le daba tenencia de pelota a los  rosados y ahí, ahí sentía la ausencia de Fernández el decano, la pelota era rosada en ese primer tiempo y la peligrosidad de Sosa obligaba a un partido muy bueno de Rodrigo Moreira.
Así planteadas las cosas, ese gol de Velarde, invasión de Alfaro por derecha hasta el fondo centro atrás y remate de Sergio alto y al segundo palo que vence a Cardozo le dio tranquilidad, pero no mejoró el juego de los albicelestes que se fueron al intermedio sabiendo que no habían hecho merecimientos para eso.
La segunda parte marcó lo que se preveía, el aspecto físico le jugó desde el inició en contra a La Vaca, sintió el parate y Treinta y Tres simplemente desplegando los laterales fue superior en el inicio del segundo tiempo.
 Pedro ya mostraba síntomas de agotamiento, saliendo acortar lejos un par de veces y perdiendo, Elder y Otero, importantísimo en su tarea de exigir a Moreira en la primer aparte ya no tenían tanto despliegue y sobre todo Vaca Azul pareció empezar a descansar el partido en su ultima línea.
Pero cuando todo hacía pensar en una caída en picada de la cancha hacia el arco de la entrada donde estaba Cardozo, de otro partido, de otro tramite coyuntural, Diego Sosa saca un gol de la galera, tremendo zapatazo al ángulo superior izquierdo de Dino Acosta, que nada podía haber hecho tampoco y el uno a uno fue un balde agua helada para los albi celestes.

Que creo, se sorprenden porque estaban en control del partido y se desconciertan  durante unos 10 o 15 minutos.
 Se apuran, se ponen nerviosos pero prácticamente que por inercia ahora si vuelcan el partido sobre el arco de Cardozo, con un trabajo muy destacable de los laterales sobre todo Sergio Bautista que empieza a ser  incontenible para todo el sector derecho de La Vaca.
  la salida de Matías Gallegos termina de entregarle la posesión del balón a Treinta y Tres, porque Nacho Gomez que lo subroga y que era el ideal para con Kaki jugar a retener el balón se encuentra solo, sin quien dialogar y es una referencia mucho más fácil de tomar para el medio juego albi celeste.
Por si algo le faltaba a Treinta y Tres para afianzar totalmente su dominio, físicamente superior, con propiedad del balón ahora, con los laterales exuberantes y  su predisposición, lógica, de ir a buscar el resultado que necesitaba, llega la tonta expulsión de Elder Gadea, al realizarse el cambio, ahora por si algo le faltaba a la Vaca tenía un hombre menos, para correr, casi desfalleciente físicamente, los últimos 20 minutos.

Y pese a que Pablo Mesique  y Juan Gonzales lucharon por algunos momentos  la inercia de todas las circunstancias que te enumere más arriba hizo que Bautista desbordara por enésima vez y esa jugada que Treinta y Tres hace tan bien de desborde,  el delantero de ese lado rodea y llega al segundo y el del segundo atrae la marca rival picando al primero, le dio otra vez resultado, Yamandu Tabeira, el asistente de Bautista, rodea y se encuentra con todo el arco de cara, el centro es perfecto y el gol es lógico.

Treinta y Tres, para mí, no jugó bien, no tiene aquel ritmo fluido sobre todo, pero tiene herramientas, que ha ido adquiriendo durante el año, una acumulación de trabajo que le permiten tener una ventaja cualitativa, sobre todo sabe que hacer aunque no lo haga del todo bien y en un futbol donde la improvisación y el sueño “con maizales gordos” campea, es un plus enorme, pragmatismo le dicen algunos, realismo le digo yo.
El ingreso de Víctor Goldaracena le había dado un “cabeza de área” a Treinta y Tres, otra subida de Bautista,  el tercer gol del decano precipita casi, los rosados no tenían fuerza alguna y a partir del segundo gol se desordenaron totalmente, jugando los defensas de volantes y los delanteros bajando a defender y eso en ante un equipo ordenado como Treinta y Tres es suicidio, lo increíble es que los jugadores , algunos veteranos ya crean realmente que porque cambien de posición van a cambiar el tramite, eso es no ubicarse, creer que uno juega más de lo que juega y sobre todo exponerse a recibir mucho más goles, pero bueno capaz que tienen razón, yo en los miles de partidos que he visto nunca vi que el desorden le ganara al orden, nunca, pero insisto el futbol es tan impensado.
Gana bien Treinta y Tres, justicieramente, ante un luchador Vaca Azul Olimar, que mientras se mantuvo ordenado fue rival e incluso le complicó la vida y que sigo pensando que si se ordena es un equipo de futuro, por ahora se “soltó la Vaca” parece que le abrieron la portera.
Treinta y Tres sigue ganando cuando no juega bien y eso es un alerta importante, su curva de rendimiento parece no afectarlo en los resultados y aunque en ese mano a mano con su clásico rival parece estar en un momento donde no es superior coyunturalmente se hace fuerte en su carga de trabajo y eso es lo peligroso, ojo con un cuadro que gane los partidos que no juega bien, porque se fortalece en la circunstancia, tiene otra rebeldía y otra cabeza, Treinta y Tres es el máximo candidato  aunque no esté en su mejor momento.









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