El Santo en la punta del Clausura
Esta marca indeleble
del juego santo que ha hecho carne en su plantel ahora y en toda esta última década del futbol
olimareño. le permitió ganar el domingo un partido muy importante con vistas a
adjudicarse el campeonato Clausura de la Liga de futbol de Treinta y Tres.
Porque los dirigidos por José Villareal, que ciertamente es
un técnico pragmático, si bien no se regala en el medio juego, sigue
manteniendo la base ideológica de ese respeto por acciones de juego largas con
desplazamientos horizontales del balón para que la verticalidad aparezca con un
cambio de ritmo de los delanteros, con “ese jugador”, habitualmente Manuel
Graví que dueño de una precisión quirúrgica y una visión periférica agudizada, para
que sea el responsable de “la ultima” habilitación, a eso juega San Lorenzo,
tan simple , tan difícil.
Ante esto Lavalleja salió a mil por hora, como manda la
historia, porque además se conocen estos dos cuadros han jugado como 6 amistoso
en el último mes, a mil, “enganchados de un ojo” dicen en mi barrio, con una
dinámica fogoneada por Wilfredo Aquino, Hilton Denis y Gabriel Noble, con la
ida por los laterales de Praiz y sobre todo de Marcos Díaz, esos primeros 10
minutos fueron fuertes para San Lorenzo, pero no claudicó , sabía que si
soportaba ese envión lo ganaba, “hay que conocer las fortalezas propias y las
del enemigo, hay que valorar las virtudes propias y las del enemigo” dice
el mandamiento número 1 del técnico de
futbol.
Juega bien al futbol aquel equipo que impone sus condiciones
en el escenario de juego.
Por eso ante la precisión
y el acertado manejo de la pelota no hay
forma de ganar el partido, se juega con ella, y más cuando en una llegada Rodrigo “Toto”
Segovia saca la ventaja y convierte.
Porque Lavalleja todavía no tiene el juego ni su lectura
como para generar espacios en el rival, puede si aprovechar errores por
actitud, por perseverancia, casi que por insistencia, pero le falta imaginación
para forzar esos yerros y Villareal
había clausurado con su pragmático planteó defensivo los posibles caminos del
rival.
Pudo hacer algún gol más en el primer tiempo San Lorenzo con
un Manuel Graví inspiradísimo, pero creo que se conformo con basarse en
cerrarle los caminos al rival, lo tenía controlado y era tarea de Lavalleja
cambiar eso.
No pudo en el segundo tiempo el militar cambiar, ni forzar,
salvó con el ingreso del intenso Andrés Saulle, presionar a la última zona de
San Lorenzo con otro argumento que no fuera algún tiro desde media distancia,
que esta vez encontró muy atento a Alvez en el arco azulgrana.
Los últimos minutos
del partido , insisto, enancado el trico
militar en la potencia y agresividad futbolística de Saulle y en el posible cabezazo
de Larronda fue a buscar el empate pero
nunca tuvo claridad ni precisión y entonces en una contra santa Hugo
“Galletita” Alzueta pudo poner el 2 a 0 , negado por el horizontal.
Final con la punta para el santo pero una lectura rápida y
grosera de la situación nos muestra que no es casual que pese a “la auto
incisión” de parte del plantel titular del año pasado, de que se hayan reforzado los de Villareal con
jugadores de Vaca Azul y Municipal para este campeonato casi sin problemas, lo
cierto es que San Lorenzo cuenta con una base de jugadores que saben a qué
juegan y que repiten automáticamente los mismo hace varios años y esa es su
gran ventaja, señores como decía aquel humorista en tiempos pasados “La Base
está” y esa base es una ventaja importante en nuestro carenciado futbol.
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