jueves, 20 de diciembre de 2012


Recibimos y publicamos
Casi tocando Fondo 
 Anónimo
Ajeno sentimentalmente a cualquiera de las dos instituciones, entusiasmado por la promesa de una final entre los dos clubes con mas títulos y mas historia  en el departamento, y además de ello invitado por una noche espectacular para presenciar una partido al aire libre,  decidí volver al estadio municipal a presenciar una instancia  deportiva que no fuera de selección.
Todo el entusiasmo interno que llevaba por el hecho de imaginar un vibrante partido, dos hinchadas numerosas  alentando y además de ello “sin sufrirla”, ya que la institución de mis amores estaba afuera de estas instancias; se me fue al piso al subir el ultimo escalón de la entrada y con el partido ya iniciado unos minutos, ver las tribunas casi vacías.
En una ciudad de 40.000 habitantes, suponiendo pesimistamente que solo un 10% guste del fútbol y que de ese porcentaje solo la mitad pudiera un sábado de noche, hacerse de 2 horas para  presenciar la final del campeonato departamental, yo me imaginaba 2000 personas en el estadio. Muy muy muy lejos de eso, tengo entendido que se vendieron algo así como 250 entradas!!!
Lamentablemente a eso han llevado a nuestro fútbol.
Digo han llevado,  porque los mismos clubes en su diario accionar así lo han determinado.
Dirigentes que hacen monopolio del poder, y que utilizan artimañas, induciendo a las instituciones a apostar hacia la mediocridad para de esa forma, sin mucho esfuerzo ellos poder destacarse.
Mañas y artimañas, buscando solamente el beneficio institucional, y una especie  de pacto de silencio para repartirse las oportunidades entre 2 ó 3 y nada más.
Se han olvidado del fin de la liga de fútbol, no recuerdan que esto se trata de una obra social, tratando de incentivar  a los jóvenes a la práctica del deporte, donde cada dirigente debería hacerlo por ese fin y por el amor a una institución. En este camino van surgiendo los compromisos y las obligaciones que cada instancia nos va imponiendo, y son a ellas las que debemos honrar y redoblar el esfuerzo para cumplirlas.
Porque no es digno dejar de competir en una instancia nacional con la excusa de que “no hay recursos”. Si queremos festejar un campeonato departamental, sabemos que atrás de eso viene la obligación de representar a todos los clubes de la ciudad en una instancia mas importante, y debemos afrontarla con la frente en alto.
Si luchamos, buscamos y rebuscamos la forma de tomar el control de la Liga para que mi cuadro se vea beneficiado, cuando finalice la competencia local sabemos que tenemos que seguir con la selección, o ahora nos vamos a sacar el lazo diciendo que no hay recursos, y ofreciendo a los jugadores algo para que simplemente nos digan que no y después tener el discurso perfecto; “mi cuadro salio campeón, pero los jugadores no quisieron ir a la selección por plata” . . . . . .   

NO ES ASI, DE NINGUNA MANERA.
No señor, ahora que festejó un campeonato y promulgó los fallos del tribunal cuando a Usted le convenía, y paró el campeonato cuando lo necesitaba, incidiendo en la decisión de  suspender alguna fecha por una “garuga”  cuando todos sabían que era porque algún jugador no recuperaba de una lesión, bueno mi amigo ahora hágase cargo del paquete y compita como le corresponde, sigan manejando los hilos de la liga aunque su club ya este de vacaciones, agarre con el mismo entusiasmo el timón de la roja y vamos adelante, no se abandone que seguramente usted puede.

Pero. . . . . mas alla de estas instancias puntuales, busquen ejemplo en quienes han levantado este deporte a fuerza de trabajo, no se vayan muy lejos, miren la propia ciudad de Melo o la cercana Minas, donde el trabajo de los dirigentes de cada club ha hecho que cada fin de semana se desarrollen verdaderas fiestas futboleras en los diferentes barrios de la ciudad.
Pongase a trabajar y saquen el fútbol a los barrios, impulsen a los clubes a tener su propia cancha (no es difícil).Las diferentes administraciones municipales han colaborado siempre, y presentando un proyecto acorde, seguramente los harán nuevamente.
Se necesita muy poco más que un alambrado, 3 vestuarios, una cortadora de pasto y una comisión directiva que trabaje y organice las actividades cuando les toque jugar de local.
Incentiven a los clubes a tener su propio Baby o a hacer acuerdos de colaboración con algunas de estas instituciones que no tienen representatividad en la liga
Limiten las listas de retenciones en los categorías menores, dejen que esos chiquilines jueguen al fútbol de verdad, no permitan  pasivamente que alguna institución acapare jugadores jóvenes solo para no tenerlos de rival, y de esa forma se desmotiven los que no destacan como para pelear una titularidad.
Den continuidad e importancia a los campeonatos de inferiores; planifiquen la actividad en forma  coordinada con las competencias nacionales. No hagan jugar a los chiquilines de 14 o 15 años a las 9 de la mañana en invierno.
Desde inicios del año se saben las competencias nacionales y las vacaciones de secundaria en que fecha son, trabajen en base a eso y hagan competitivo el fútbol juvenil.
Dejen de pasar horas buscando y rebuscando  la posibilidad de poner un simpatizante de su club en el tribunal de penas o en el colegio de árbitros, pensando que ello les va a dar una ventaja deportiva que al final no es tal.
Procuren un tribunal de penas ágil y resolutivo, y no de esos que “puedo hacer atrasar” cuando me conviene que no salgan los fallos.
Procuren la formación del jugador y la dignificación del sistema disciplinarios dentro de las canchas, porque eso además de jugadores forma personas de bien.
Apliquen el fair play, denle incentivos y premios a las instituciones que lo practiquen.
Procuren perfeccionar al arbitraje, organizando charlas, eventos, cursos, y ayudando a formar profesionales del arbitraje con integrantes del colegio que corrijan y ayuden, no solamente que sancionen los errores.
Pidan ayuda a la intendencia para que los apoye con sicólogos si es necesario.
El material esta ahí, todos los años las categorías menores nos indican que hay valores para hacer un buen trabajo, pero al año siguiente cuando el chiquilín lo invitan para ir a otro cuadro, donde esta con su grupo de amigos o donde hay un técnico o un profesor para trabajar, no le dan el pase y además de ello lo “perchan”; finalmente este joven se desmotiva y arranca para el fortín o la terraza en lugar de pensare en el partido que tiene al día siguiente.
Han llegado casi hasta el fondo, quizás sea el momento de apoyar los pies e impulsarse para empezara subir, quizás sea el momento de que algunos con capacidad reconocida se  saquen la camiseta de su club y se pongan la roja de una vez por todas. . . .

Un anónimo, desilusionado

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