Preparación 2019-
Por Juan R. Silva
No era un buen año para el decano este 2019 aun con la
particular alegría de aquel primer triunfo clásico de la primera fecha.
Al fallecimiento de Ubaldo Machado presidente en ejercicio
de los albicelestes tuvo una seguimiento
doloroso cuando por distintas informaciones el Decano se entusiasmó con poder
participar en la Copa
de Clubes Campeones de Ofi, sector B 2019 y esto lamentablemente no pudo
concretarse, con las distintas ilusiones truncadas que tuvo esta iniciativa de
principios de temporada, porque Dardo Pereira buscó armar su plantel pensando
en la doble competencia y esto no se dio, con todo el perjuicio y el fastidio
que esto provocó.
Pero creo que , a pesar de ser las dos anteriores importantes razones, lo principal de ese de ese estado, era el malestar que tenia en su rendimiento el elenco
albiceleste, lo mas importante que tenia como una piedra en el zapato era que
no había podido ( solo por momentos ante Huracán y mas que nada en el segundo tiempo de la goleada ante San Lorenzo) el poderoso y numeroso plantel que el Decano
no había podido encontrar la regularidad y sobre todo la motivación que siempre
debe adornar a cualquier alineación que vista la camiseta albi celeste y que
nosotros hemos bautizado como la
connotación “epica” que viene de su historia y raíces futboleras.
Treinta y Tres necesita de esa adrenalina de jugar “con el
cuchillo en los dientes” y con una agresividad que, sobre todo en nuestro fútbol,
no es muy habitual.
Peñarol propone una intensidad muy parecida a la que
expresamos mas arriba y en este partido pese a las ausencias claves que en mi
parecer lo condicionan con vistas a su participación en la Copa de muy importante manera,
en este partido justamente la intensidad, no fue decia , un faltante .
Porque Peñarol que plantea como forma la agresividad, la
pelota vertical con velocidad por fuera y con acciones de juego cortas buscando
presionar arriba y forzar partidos intensos se encontró con un equipo decano al que esta propuesta
le cae como anillo al dedo.
Igualmente la muy buena elección de Dardo Pereira bajó los
tres caños con el chico González le fue dando seguridad y sobre todo asegurando
que ese fútbol vertical de Peñarol tendría una oposición concreta porque Gonzáles
salía a cortar arriba o abajo y en los centros o en
las pelotas filtradas con mucho timingg
, los baks Sosa con Maguna iban a medida
que pasaba el partido siendo expeditivos y eso generaba ante la misma respuesta
de Barbosa y Jiménez un partido feo,
desprolijo, muy luchado con mucho roce y
donde Peñarol basándose en el buen partido de Eusebio Barbosa, manejando los
tiempos, teniendo agresividad y dinámica , comprendiendo que a Peñarol , esta vez, le convenía
sacar de una banda a otra la pelota, parecía
dominar o tener dominado el juego con este simple expediente.
Friccionado, muy intenso, muy peleado, conversado y con un
juez Juan Gallo que administraba el partido sin decidirlo, sin definirlo para
uno u otro lado, perfecto.
Una final.
El segundo tiempo tuvo la misma tónica hasta que sale Barbosa
en Peñarol, porque la muy buena pegada larga de Eusebio le permitía al
carbonero defender lejos de su arco.
Con ese retrasarse inconciente de Peñarol , al salir Barboza
, en el segundo tiempo Mespolet se conectó dos veces con el equipo, la primera
cuando en jugada personal habilitó a Macció, que fue el cambio del Decano para
jugar “adentro” y en una distracción importante en un centro Treinta y Tres sacó
la ventaja, centro al segundo palo que ha sido el karma de toda la temporada de
Peñarol, recordar que contra Huracán el centro al segundo palo fue la clave del
partido favorable al Globito.
El gol fue un mazazo en el animo para los aurinegros y un
motor de aire puro para el Decano que si bien en ese segundo tiempo ya no
pasaba zozobras no las tenia todas consigo, recordar que el empate le daba una
final con Huracán y sin dudas que tener
a Martín Ávila y a Cristian Gutiérrez enfrente no es nada tranquilizador cuando estas en
pardas.
Ese tanto de Macció “el de los goles importantes” desconcentró a Peñarol, es mas lo
apuró, lo saco de su eje , el empate no
le servia y en un corner de los decanos, la precisa pegada de Diego Da Silva,
al que Dardo Pereira banco contra propios y extraños y que le terminó dando la
razón al técnico albiceleste, la pegada de Da Silva decía encontró a Mespolet
en el primer palo y en algo que no es su especialidad pero que le dio el
segundo gol a su equipo provocó ese grito de desahogo contenido, en un año con
muchas “verdes” en el arranque.
A Peñarol se le cayó todo en ese momento, las ausencias, las
lesiones, el tema económico que le impidió reforzarse como quería, una realidad
institucional que no esta bien me consta y su plan A, tirarle la pelota a
Cristian Gutiérrez y Martín Ávila lo volvió totalmente previsible.
Nicolás, de lo mejor del Decano por actitud, con el siempre
seguro Maguna impidieron que los arietes carboneros recibieran con comodidad y
sobre todo que no se dieran vuelta y Peñarol se extinguió en su ausencia de variantes
en un clarísimo, justo y contundente
triunfo del Decano.
Que festejó el Preparación, seguro que si!!! porque además
del desahogo que ya expliqué, la forma, en una final como fue esta, ante el
candidato en lo previo y sobre todo con la mística, con la esencia del Decano,
con "lo épico" le daba un gusto excitante, porque además dejaba sin
posibilidades al contrario de todas las horas y le daba una inyección de
confianza a los dirigidos por Pereira, fuerte como grupo sobre todo y con la
actitud pedida por su grey.
Y porque, para mi, en
un pueblo donde se festeja muy poco o casi nunca, no festejar un triunfo por humilde que sea me
parece un acto errado, si yo nunca gano nada cuando gano tengo que festejar, esa
actitud soberbia de “no festejo medio campeonato” me parece muy copiada y muy “televisiva”.
Salud al Treinta y Tres Fútbol Club que se merecía la alegría
de ganar este torneo que como toda la temporada será homenaje a Ubaldo Machado.
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