lunes, 16 de enero de 2017

 Selección Mayor



GANAMOS UN PUNTO.

Por Juan R. Silva

Debut en un campo difícil, ya el partido de juveniles lo mostraba, ojo la cancha es para los dos es cierto, pero también es cierto que si vos entrenas en determinadas condiciones y contextos, de una forma donde se prioriza el control y el traslado del balón cuando te encontrás con un piso donde este no corre, salta como si tuviera un conejo adentro, este detalle te cambia todo, por mas que lo prevengas en la charla previa, porque después en la cancha se decide por repetición mas que comprensión y esto nos paso casi todo el primer tiempo.
 Treinta y Tres que había sufrido el golpe anímico, por mas que no se quiera reconocer, del abandono de Luisito Dávila del plantel, que se suma a una lista importante ya en esta parte de la competencia y que en mi humilde opinión hubiera sido muy importante en este partido, se encontraba entonces ante un debut, con un par de resultados malos en los amistosos, con una deserción mas y en un contexto muy incomodo para nuestro juego de “correr”.
 Y además enfrentó a un adversario que los primeros 20 minutos aprovechó todas esas facilidades que dábamos, leyendo mal el juego Treinta y Tres  además pese a lo conversado , jugando corto en lugares donde no se debía, fauleando y entrando en la fricción cada vez que perdíamos por la presión alta que el medio juego local imprimía y permitiendo que nos centraran desde los costados basado en la buena pegada de Martines para que la altura del volante Correa de mas de 1, 90 y la subida de los zagueros hiciera de cada pelota quieta sobre nuestra área un peligro importante.
 Ganaba los rebotes Cerro Chato, con Márquez y Meléndez y Martínez sobre todo superando nuestra franja izquierda permitia tener un pronto desahogo,  tenia el equipo azul un azote en el vergarense  Castillo de punta,  es decir  Cerro Chato nos superaba esos primeros minutos y Calastretti una vez mas debía  de exigirse en los cierres.
Pero poco a poco al no concretar su dominio inicial, el esfuerzo melló a los locales, salieron muy altos en energía y eso les pasó factura, Jorge Alzueta y Wuilfredo Aquino empezaron a discutir el medio juego y el partido se transformó en una lucha, muy uruguaya de trancazos, pechazos y  cero riesgos.
El partido entonces transcurrió en ese “status quo” de no agresión hasta terminar el primer tiempo y en el arranque del segundo.
Pocas oportunidades de peligro, Treinta y Tres había controlado a Martínez y “Taca” Gazañol con su posteo inteligente nos permitía mantener las líneas mas juntas, al estar mas juntas los rebotes ya eran casi todos nuestros y solo la mala lectura de un arbitraje “tolerancia cero” era lo que preocupaba un poco a los rojos, que se preparaban para “apretar el ritmo” cuando vieran que el rival sentía el transcurso del match.
 Cosa que no paso, porque al ser muy cortado el encuentro,  Cerro Chato que dosifica a partir de ese frenesí inicial los tiempos del match y manejando en defensa bien el achique de espacios hacia adelante y atrás, contando con  la desatención algunas veces de nuestros delanteros también estaba cómodo y esperaba lo mismo.
 Creo que ahí, en esa pulseada la lesión de Gazañol fue importante para desequilibrar a favor del local, porque el ingreso de Velarde mantuvo el 4/4/ 2 con el que se arrancó y siempre jugó Treinta y Tres, nunca jugó con el 4/ 5/ 1 que venia mostrando, pero con Velarde (no es su característica) sin acercar líneas, entonces el rojo quedo partido y a partir de ahí Cerro Chato, salteó líneas y nos tuvo en jaque.
 Cosa que no pudo arreglar ni el ingreso de “Toncho” García  (que jugó muy bien en el traslado, el que mejor se adaptó al campo de juego de los nuestros) por Aquino, un cambio totalmente ofensivo salía un contención y entraba un armador.
 Antes de eso debo decir que hubo para mi, cuando el partido era parejo en esa segunda parte un claro penal a Franco Castillo el delantero vergarense al servicio de Cerro Chato que no fue cobrado por el histriónico arbitro Rubén Ferreira.
Los últimos 15 minutos, que son los que dejan esa imagen óptica de que mereció mejor suerte el elenco cerrochateño, nos vieron acorralados contra nuestro arco, con Jon Pérez de figura en un par de contenciones mano a mano a Castillo (una pesadilla ese pasado sábado) con un cierre a lo Elbio Ricardo Pavoni de Marcos Diaz cuando todo el Manuel Alcides Fuentes gritaba gol, otro cierre agarrado del vertical derecho de Barrera a la salida de un corner donde nos ganaron claramente de cabeza y el cierre final “in extremis” del recientemente ingresado Lesi Rodríguez que con mucha confianza y sangre fría cabeceó al corner una pelota que se cerraba peligrosamente.
Y con la expulsión exagerada totalmente de Marcos Díaz, que llega tarde a una dividida pero que es conteste con la necesidad casi obsesiva del arbitro Ferreira de no pasar desapercibido.
Entonces a Cerro Chato le falto precisión y tiempo para obtener el triunfo que mereció en ese final del partido, porque en las dos puntas del mismo fue superior, con argumentos tan básicos como efectivos, mejor adaptación al campo de juego, mucha actitud, mucho esfuerzo y la movilidad talentosa de Castillo el vergarense.
Treinta y Tres “ganó” un punto, la paso mal sobre todo en el final pero no perdió y  sigue intentando obtener  rédito de ese trabajo que tiene que  el sábado se mostró a cuentagotas , de no haber podido mantener las líneas juntas y tener coberturas y relevos ( conocimiento colectivo  del juego)  hubiera sufrido  aun mas el tramite porque le costó resolver el tema de la cancha, eso es lo que tiene tener una base mínima de trabajo, cuando jugas mal como el sábado y sos superado es mucho mas difícil que pierdas si estas ordenado, entonces de aquí en mas es mejorar el momento futbolístico individual, que llegara…no lo duden.



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