lunes, 7 de enero de 2013


Rio Branco 2 - Treinta y Tres Capital 3
Lo ganó en los cambios
Por Juan R. Silva
Las palabras del capitán Rodrigo Segovia fueron el mejor análisis del partido de los rojos del Olimar, "ganamos un partido donde nunca pudimos imponer nuestra forma de juego, la dimensión de la cancha y el estado del campo conspiraron contra lo que habíamos entrenado nunca supimos encontrarle la vuelta" la verdad es enormemente reconfortante encontrar un jugador del fútbol de Treinta y Tres que no apele a las excusas para explicar un resultado.

Porque el primer tiempo de los de  Muraña fue una lucha de su idea de juego contra un entorno y un rival que conspiraban claramente contra ello, cancha chica y con poco espacio sobre todo para el juego por los laterales que planificaron los rojos, un campo de juego de césped corto pero con matas de pasto por doquier que hacían que el balón no rodara fluidamente.


Y un elenco rival que tenia la columna vertebral ideal de un sector dos, un arquero que mientras pudo ver fue importante en el resultado, una pareja de backs fuerte y expeditiva, medio lenta y pesada pero firme y segura en los despejes, un volante central (Sotelo) con personalidad y tranco seguro, un creativo (el hermano menor de Sotelo) y un delantero "picante” llamado Feijóo que a fuerza de gambetas y habilidad complicaba a una defensa roja que fue mostrando también en ese primer tiempo dudas.
Porque lo mejor nuestro en ofensiva, nuestra arma este año, llegó a través de la pelota quieta o de los saques laterales "vía satélite" que hace el capitán Segovia, la marca y el esfuerzo local achicando los espacios a las espaldas de los zagueros y amontonando defensas cerca del arquero Gallo, beneficiado porque Treinta y Tres intentaba penetrar con pases por el ojo de una aguja o con gambetas reiteradas que contribuía a la recuperación rival.
Y las dudas en defensa fueron llevando a una pérdida de seguridad en el inicio de la elaboración que hacía que esa primer pelota llegara muy lenta y anunciada, obligando a sobre todo Diego Sosa a bajar a buscar la pelota, ensuciando mucho la maniobra.
El segundo tiempo fue un vendaval ofensivo rojo en el inicio, que viendo la debilidad de su rival , comenzó como para comerse "los niños crudos", pero que comete un error colectivo tremendo, a la salida de un corner en vez de terminar la jugada quiere jugar corto para adentro y recibe un contragolpe , está en la tapa del libro, "corner mal jugado a favor , gol en contra", porque además la cobertura defensiva fue muy mala y la definición de  fantástica lo que se llevó el análisis, pero los errores defensivos fueron grandes.
Ahí comenzó a aparecer, con la caída de la noche en el Uría, el gran aliado de los rojos esa noche, la deficiente iluminación del campo fronterizo, porque fue junto a la floja respuesta del arquerito Gallo, que había sido figura hasta ahí, dos acelerantes junto a la pegada de Piriz, en el empate a 1 a 1. Pero pese al empate seguía sin encontrar el equipo rojo el juego adecuado en el campo riobranquino y en otro error defensivo y una mala respuesta del arquero Cuenca, que había sido de los mejores en este partido, posibilitan que sin buscarlo Rio Branco aumentara a 2 a 1 el tanteador. Sorpresa porque ya las fuerzas locales eran muy pocas y a causa de eso es expulsado Sotelo, el buen volante defensivo amarillo.
 Era demasiada ventaja para Treinta y Tres y ahí Muraña decide jugarse la ropa , introduce , faltando 20 minutos tres cambios simultaneo, algo no muy habitual en el futbol y cambia el partido radicalmente.
Porque el ingreso de Abella dio una seguridad y rapidez en defensa que tranquilizo al equipo, el pasaje a una línea de tres en defensa, algo que el técnico reconoce que no había entrenado, le dio referencias más seguras a los zagueros y sobre todo el ingreso de "Chino" Segovia para armar como enganche  y la aparición de "Balotelli" Sosa como delantero, nos hicieron pasar al planteo que pedía el partido: 3/4/3 y el empate de tiro libre de Rodrigo Segovia, con mucho de azar y mucho de ayuda de la luz para complicar al pobre Gallo (los focos del Uría están a la "buena de dios", se ve que los acomoda el viento y es clarísimo que en ese arco le dan en la cara al golero).
Y el "Chito" Acosta que la había tocado poco, pero que es un goleador y los goleadores son así, aprovechando toda la compañía que tenia ahora, "peina" al gol un centro desde la izquierda y una mala respuesta del arquero suplente que había sustituido al lesionado Gallo, para anotar el tercer gol que le daba el triunfo a Treinta y Tres capital.
El desgaste físico era demasiado para los locales que cian acalambrados y esa "virada" roja" demasiado para su potencial.
Treinta y Tres ganó un partido ante un rival que lucho denodadamente pero que es muy inferior en lo individual y colectivo, porque nunca le pudo encontrar la vuelta al juego, pero el contexto y la audacia de los cambios le permitieron llevarse una victoria importantísima con vistas a la clasificación.

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