Campeonato Apertura 2017
Por Juan R. Silva
25 de Agosto 3 (Luís Silvera, Julio Romero y Anthony Acosta).
Treinta y Tres 0.
Gano 25 de Agosto, es mas goleó sobre el final es cierto,
pero el marcador magnifica un resultado que fue totalmente ajustado a lo que se
vio.
Un equipo ; el albi rojo
que ha logrado adaptarse a lo que mejor puede hacer, con un planteo de 4 /3/3 prácticamente
aunque José Cáceres se pare como volante derecho, pero que en su simpleza y practicidad (muchos jugadores “grandes”, experientes) que con una voz de mando clarísima en Anthony “gordo”
Acosta desde el fondo le dan a ese joven y muy buen arquero Olivera una
seguridad y una confianza que cuando comenzó justamente en el Treinta y Tres no
tenia.
Un cuadro este dirigido por Sigales y Ceballos, que no hace
cosas raras ni propuestas innovadoras, es un equipo compacto, que esta
entrenado, con jugadores como el mencionado Acosta, Segovia y Romero que
manejan bien los climas y los espacios para defender, entendiendo que lo
primero es “el cero en nuestro arco”, que se juntan bien y “tapan la luz del
arco” haciendo que el resto del equipo esta bien parado si no los desbordas técnicamente
y a partir de esa solidaridad lanzar a los 3 puntas antedichos con el detalle
de Cáceres que siempre arranca de 8 pero que es un delantero naturalmente.
Entonces si tiene precisión en ese pase largo a partir de la
recuperación, lo tiene cuando Acosta lanza después no es muy seguro hay que
aclarar sino cualquiera puede pensar que es cuestión de meter “la asistencia mágica”
y ese es un detalle a corregir en los del barrio 25, endulzados por el poder
ofensivo de sus delanteros muchas veces el resto de los chicos del Abasto creé
que también puede meter ese pase y no es así, con visión periférica y pegada se
nace y dados las formas de entrenamiento
en nuestro medio no es para cualquiera esa responsabilidad, cosa entendible además
en el profesionalismo pasa lo mismo, todos creen que si ven el espacio la
pueden poner ahí y reitero no es así, hay que perfilarse bien por ejemplo y eso
lo marca la rodilla y el pie de apoyo a la hora de golpear y si no traes
incorporada esa lectura pasa que apuntas para allá y sale para acá, pero
reitero es un fundamento que se trae, lectura de juego se llama y el jugador
que tiene la humildad de hacer las cosas para las que esta capacitado ese es un
jugador de equipo que juega para ganar, el tema en Treinta y Tres es que todos “juran”
Riquelme y no es así.
Entonces la propuesta
realista, ajustada a su plantel y solo “dinamitable” a través de “creerse” lo
que no son o de sus “desajustes temperamentales”
cuando se enojan, de los propios jugadores albi rojos, es de lo mas consistente
hoy en nuestro futbol.
Y encontró a un
Treinta y Tres, que salio a presionar alto, pero totalmente desajustado entre
las líneas, con jugadores sobre todo en defensa que tomaban riesgos innecesarios
para querer asegurar la salida de su
equipo pero que dada la peligrosidad del ataque rival solo le quitaba seguridad
al equipo.
Porque a partir de eso y de la expulsión de Maguna cuando el
partido estaba 1 a
0, con gol de lo que hasta el momento es una de las revelaciones del campeonato
Luís Silvera, un volante por izquierda de 25 de tranco largo, cambio de ritmo y
dinámica, Treinta y Tres entró en la telaraña que le planteaba 25 de ir por el
medio y jugar en la zona donde mas fuerza tiene los de la Abasto , por el medio y con
pelotas filtradas, ideales para el corte de Acosta, solo como todo este campeonato,
con Tabaré Sosa “tocado” físicamente, como un jugador que hiciera algo distinto
en Treinta y tres.
Pero la ansiedad le empezó a jugar en contra a los de Paz,
se venían mas en la segunda etapa a ese
cuello de botella que planteaba 25, que tiene una columna vertebral muy fuerte
y al lugar que los dos laterales Segovia y Díaz arrean a los
rivales a base de su experiencia.
El tema disciplinario y la facilidad que tiene para los árbitros
sacar una tarjeta contra 25 lo complico un poco en un partido que tenia
controlado, algo que su parcialidad potencia porque “se mete mal” cuando en
esto hay que ser inteligente, nunca vi un juez, nunca vi a un juez heeee
cambiar un fallo por un grito, si he visto y veo muchos colegiados “matar” un equipo a partir de “la
boquilla” de uno de afuera que se quiere hacer ver.
Esto es un aspecto que un cuadro que quiere pelear arriba
tiene que tener claro
AUNQUE DUELA DEBO DECIRLO, PORQUE ES LA REALIDAD : HAY “CUADROS
GRANDES” Y “CUADROS CHICOS” EN TREINTA Y
TRES A LA HORA DE
“PELEAR” UN CAMPEONATO Y LOS TITULOS LO
MARCAN, ESO PESA Y MUCHO Y NO ENTEDERLO Y TRATAR DE CAMBIARLO A LOS GRITOS ES
UN ERROR, TERMINAS SIENDO “UN LLORÓN” MAS DE UN FUTBOL MUY “LLORON” FACIL DE
EDINTIFICAR Y FACIL DE “MATAR”, SI VAS A IR ANDA HASTA EL FINAL IR PARA QUE TE
VEAN ES MATAR A TU EQUIPO… Y PARA ESOS “AGUANTADORES” ESTA DEMOSTRADO VIENE
CUALQUIERA DE AFUERA Y NOS PEGA TRES GRITOS Y QUEDAMOS CALLADITOS (SON CONTADAS
LAS EXCEPCIOMNES) Y NO TENGO QUE DECIRLES QUIEN SON , LOS SALUDO TODOS LOS
PARTIDOS.
Entiendo el aliento su equipo y la sensación de injusticia
por un fallo “direccionado” pero la incapacidad de solucionar el tema y
escudarse en “la llorada” es una marca de nuestro futbol…esa es una de las
razones de que no ganamos nada…”ustedes”:
los llorones de todos los cuadros., hay que tener rebeldía ante la adversidad…no
excusas.
La expulsión de
Larrosa igualó el numero de jugadores en cancha pero siempre era mucho mas
compacto 25 de Agosto, que sobre el final encontró en dos contragolpe bien
terminados, porque Tabarez y Saulle hicieron
surcos en cancha todo ese segundo tiempo errando goles poco creíbles.
Con todo el empuje de
su historia pero con toda la confusión de su presente Treinta y Tres fue
descontrolado y en una contra con Larrosa incluso en el área rival, el
interminable Julio Romero, con pasado muy cercano en los afectos a la institución
decana, se manda un “pique” de 80 metros !!! de área chica a área chica y
termina definiendo sutilmente por sobre el defensa Bautista que era el ultimo
solo contra 3 jugadores de 25 que se venían, un desorden total el albiceleste.
Y el penal final fue
otra muestra de que nadie defendía ya en Treinta y Tres, la definición de "el gordo” Acosta fue tan perfecta y
rotunda como su tarea en el partido, en la adicción 25 encontró lo que mereció todo el partido.
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