Previsible
Por Juan R. Silva
Huracán 2 - San Lorenzo 0.
El candidato ganó claramente un partido que solo tuvo algo de complicación
hasta el primer gol albo.
Porque esta versión Play Off de San
Lorenzo es notablemente carente de
rebeldía futbolística como para cambiar un resultado y un trámite adverso
cuando esa es la posición de los dirigidos por Ubilla.
Arrancó mejor en el aspecto de la
tenencia San Lorenzo, aunque la ocasión mas clara fue para Huracán de la mano
de la habilidad de Simón Mier, quien fabricó a puro impulso individual una
jugada que termino desviando el disparo de gol pero insisto y que quede claro
el propietario del dominio territorial
era el santo.
Solo que del “laboratorio” de Dardo
Daniel Pereira salió un córner bien servido al primer palo del arco de Alvez y
un anticipo ofensivo de Barrera que desvía el balón y el manotazo fallido del
arquero y la ausencia de un defensor en el segundo palo propician la apertura
alba.
Y ese gol le dio el escenario que el
equipo del globito necesitaba para imprimír su sello, Huracán reduce espacios a
sus espaldas como estructura defensiva y prácticamente que pega su línea de
volantes ella , sometiendo a todo rival
que ingrese en esa zona del campo, desde el borde del área defensiva hasta la
línea media, a un pressing sobre la pelota y los apoyos, que le permite
recuperar el balón y luego desdoblarse en ofensiva sobre todo con el recorrido
de los dos aleros, en este caso Robert Piriz y Diego Graví, o en filtrar esa recuperación para los piques, con mucho
espacio favorable por el adelantamiento rival, de Díaz.
Eso mas el “Laboratorio” de las
jugadas de pelota quieta y cuando se reducen los espacios la habilidad de Simón
para cambiar el ritmo, son las opciones
en ofensiva de Huracán, tan simple y tan efectivo como eso, por eso los
partidos donde el elenco de Pereira es atacado desordenadamente son los más
favorables para Huracán.
San Lorenzo lo sabía, por eso apenas absorbió
el gol, trató de ordenarse y no se “regaló”, esto mas el retraso invitador de
Huracán hizo que el partido entrara en un rato largo de escarceos
ofensivos sin profundidad ni precisión, casi sin agresividad futbolística, que
solo nos hicieron llegar al entretiempo.
El ingreso de Martin Ávila logró
activar algo más de rebeldía ofensiva en San Lorenzo, que obligo a un par de
buenas intervenciones de Vicentino, pero nunca dio la impresión de que San
Lorenzo “quemara las naves”, insisto que si el azulgrana se hubiera venido descontroladamente como lo “invitaba” Huracán
al darle la pelota seguramente las contras albas habrían sido mucho más
profundas, pero el elenco de Pereira se contenía porque aun perdiendo San Lorenzo
no se regalaba.
Poco a poco se fue desordenando el elenco de
Ubilla, el cansancio también hacia lo suyo y en un error grande de la zaga
azulgrana en un contragolpe, Luis Díaz corrió 30 metros solo para definirle a
Alvez cara a cara, lo planeado.
San Lorenzo perdió a partir de ahí, la poca confianza en
sus propias fuerzas y solo hubo que esperar algún otro gol, que no llegó porque
Huracán “moderó” su juego y sus energías
ya pensando en el partido del sábado, ante un San Lorenzo que me dio la
impresión que no solo quería que se
terminara la serie, sino mas bien el campeonato y solo encontró algo de
respuesta anímica en Eduardo Álvarez y Rodrigo Segovia mas Alzueta y Maguna
pese a su desorden.
La serie parece echada, la vuelta de
Jorge Alzueta puede activar algo más a San Lorenzo pero aquella última imagen
que les dije me sigue pesando, aquella que
San Lorenzo quiere que todo termine.
Huracán sigue camino, pragmático,
seguro, algo amarrete pero muy confiable, cada partido más confiable, sin
brillo, ese que los nombres de su plantel parecieran insinuar, pero cada vez
mas lustrando su “chapa de candidato”.
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