Una guerra
Por Juan
R. Silva
Un partido de futbol donde los dos se jugaban
mucho, que ganó justicieramente Yerbalense.
Un encuentro interesante en lo táctico con dos
propuestas que eran distintas pero que en determinado momento extrañaron a sus
máximos intérpretes: Wilton Mieres en Yerbalense hoy es casi vital y creo que
eso dimensiona mucho el triunfo albiverde, ganó sin Mieres un partido chivo
ante un rival que a priori era un aspirante a pelear arriba.
Dos horrores
en defensa de Lavalleja ante centros laterales de un desequilibrante Marcelo
Correa en ofensiva, que aprovechó muy bien una vez y con mucha fortuna la otra
Lesi Rodríguez, la daban a los albiverdes la ventaja parcial al terminar el
primer tiempo, había empatado transitoriamente Gonzalo Rodríguez con un golazo
de zurda desde afuera del área.
Yerbalense tenía
más tranquilidad para ordenar su juego, por su propia forma y sobre todo porque
la tranquilidad que le da el tener dos delanteros como Ruvira y Correa lo hacen
esperar que cuanta pelota llegue sobre el área rival puede ser sensación de
gol.
Lo llamativo de Lavalleja es como si estuviera
jugando Rocki Perrugoria, que ha jugado un partido solo en el campeonato creó,
siempre, los pelotazos, las aceleraciones de los volantes sin freno casi y la
intención casi obsesiva de filtrar el balón entre líneas, hacen que el militar parezca
apurado siempre.
Pero había
“algo” en el ambiente que hacia
pronosticar lo que vendría…una batalla en el segundo tiempo .
De Los Santos,
aprovechando un quedo, muy similar a los dos goles de Yerbalense en el primer
tiempo, de la defensa del Yerbal, ponía el empate y a partir de allí, Lavalleja
empezó a cortar con infracciones cada vez más duras a los delanteros
albiverdes, algunas directamente al borde o pasadas, de la expulsión.
Contaba el militar con un arbitraje permisivo,
quizás demás de Medeiros.
Pero una contra muy bien armada de Marcelo
Correa, jugador desequilibrante en ese lapso por derecha, atrae como un
encantador, con sus pisadas y regates a 4 defensas de Lavalleja y pasado,
acompañado por Ruvira llegó solo José Dávila y convirtió.
Golpe en el
mentón para Lavalleja pero creo que de ahí en adelante el partido se desborda
mal, Yerbalense empieza hacer tiempo a intentar defenderse con la pelota y
varios de sus jugadores ingresan en esa línea de provocación a la que son
verdaderamente afectos.
Y eso ante
Lavalleja es “toriar” a un perro malo, te va a morder, los golpes que vimos
dar, principalmente a Ruvira, para mi uno de los jugadores albi verdes más
respetuosos del rival, fueron terribles, el rodillazo que se “come” el botija
Techera, 14 años, en un entrevero, en pleno rostro, fue a mi modo de ver “criminal” lo digo sin
exagerar, pudo ser muy serio, pero insisto eso que Medeiros permitió, se dio a partir
de que varios jugadores de Lavalleja, Taño y
Noble los más molestos ,
entendieron que el rival los cargaba, después cada uno juzgara si está bien o está
mal, yo insisto con un código de barrio…si busco después tengo que aguantar, no
“llorar” pidiendo expulsiones.
Y menos mal que el jefe del cuartel y el
técnico Leandro Denis, más algún dirigente de Yerbalense, el señor Waldemar
Correa precisamente, lograron frenar lo que parecía eminente y por suerte pese
a los ¡¡ 9 minutos de adición!! que Medeiros dio el partido terminó con un
justo triunfo albiverde y un equipo militar, totalmente fuera del partido,
enfurecido.
Yerbalense
quedo puntero del Clausura y a dos puntos en la Anual, ganó un partido
importante sin Wilton Mieres, pareciera perder a cada partido la línea de juego
pero el peso de alguna individualidad
siempre lo recompone, este vez apareció Lesi Rodríguez que hizo dos goles y un
Chelo Correa que si jugara a este nivel y no se metiera en peleas donde él que
juega bien, lleva siempre las de perder, es de los mejores jugadores del medio
indiscutiblemente , pero también a cada partido tiene una ausencia distinta,
le echaron en el lio a Fernando Correa y eso lo hace agrandar el margen de
error continuamente.
Lavalleja
frenó su arremetida, obligado a asumir juego y protagonismo solo termina
dependiendo de Gonzalo Rodríguez, que se “muere” físicamente con el correr del
partido eso es claro pero además vive
pensando el resto del militar que tiene
a “el hombre bala” de delantero y queda demasiado expuesto cuando no puede
contragolpear, se exasperó demasiado con el arbitraje y el juego rival y estuvo
a un tris de hipotecar todo el año…lo salvó el “permisivo” arbitraje de
Medeiros.
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