¿Se Ilusiona?
Huracán 2 (Facundo Larronda y Simón Mier)
Vaca Azul 0.
Por Juan
R. Silva
Huracán tenía que ganar…ganó, tenía que quedar
primero en el Clausura y la Anual y
ponerle presión a San Lorenzo que juega el miércoles…lo hizo…tenia que mejorar futbolísticamente…solo
lo logró cuando la parte física le paso una factura incobrable al duro Vaca
Azul Olimar.
Y creo que de esta lectura, mas allá de los tres
puntos lo único valedero en este campeonato tan parejo de la Liga de Futbol de
Treinta y Tres, de esa visión final, con una Vaca desfalleciente, es la imagen
ilusoria que la hinchada del equipo albo (que no está nada conforme con el
nivel mostrado por los dirigidos por Dardo Pereira)…se queda.
Porque Huracán ya trascurrido el primer
campeonato, que perdió por un punto, no tiene excusas y el paladar negro
futbolístico de su grey empieza a exigir no solo los tres puntos y ganarle por
un tema físico a Vaca Azul Olimar, Huracán su historia, su idiosincrasia, su
INVERSIÓN…empieza a pedir ganar y gustar.
Y por lo
menos mientras Vaca Azul, todo el primer tiempo, tuvo la actitud y la respuesta
física, ninguna de las dos premisas antedichas apareció.
Porque si bien llegaba Huracán… lo hacía con una
excesiva dependencia de lo que pudiera realizar Simón Mier y su contacto, tan
esporádico como previsible con Facundo Larronda, quien pese a su físico
esmirriado se las arregla para ser el único delantero de este equipo.
Pero mientras
, solo sobre el final del primer tiempo cuando ya la zona derecha de Vaca Azul
daba muestras evidentes de ahogo, Huracán nunca tuvo posesión clara de la
pelota ni control del partido es más me animo a decir que Vaca Azul Olimar , un
equipo absolutamente básico en su propuesta, pelotazo frontal, casi siempre
aéreo, para que Fabián Olivera (ganó todo el primer tiempo) “peinara” y
habilitara a los dos puntas Otero y Julio Rodríguez, sobre todo Rodríguez ,
apelando a que se equivocara la zaga alba.
Y debo
decir que se equivocó varias veces ante ese simple expediente la última línea
de Huracán, que sigue buscando una
forma, esta vez con Fernando Gómez, lo más seguro del anterior partido en la
posición de ultimo, como lateral derecho.
Con algo tan simple, Vaca Azul tuvo su
oportunidad, el travesaño salvó al globito, zapatazo de “Barakus” cruzado, pero
llegó varias veces el fusionado en ese primer tiempo, obligando a Vicentino a
intervenir varias veces, con facilidad pero demasiadas para la diferencia
individual de los dos equipos.
El segundo tiempo fue un monólogo albo, facilitado…
insisto y recalco, la explicación del resultado, por el bajón físico de los de
Gerardo Gonzalez
El gol de Facundo Larronda, encontrando en un
anticipo ofensivo un centro enviado por Juan Francisco Puñales desde la
izquierda donde ya no podía marcar Vaca Azul Olimar, en la primera vez que el
globito entendió que la cancha tiene 70 metros de ancho y no 40 como pareció creer
hasta ahí, con eso queremos decir que siempre fue por el medio… hasta esa invasión
de Puñales, haaaaaa la apertura fue de Simón Mier, el dueño del partido de ahí
en más, ganándole continuamente la espalda a Ducatelli.
Porque fue llamativo también el planteo de
Gerardo Gonzales, que sacó a Rubén Vázquez de la zona donde mayor influencia
tiene, el 5, y donde es evidente también Ducatelli es mucho mas afecto a ir que
a marcar, en los dos partidos le ha pasado eso a la Vaca, en el anterior
Meneses lo perdió a Wilton Mieres, ahora Ducatelli lo perdió a Simón.
Y Simón
con espacio y 30 segundos para pensar, en nuestro futbol es letal, en torno a él,
a la “Simón dependencia”, cosa que ya nos había dicho un integrante del cuerpo
técnico cuando nos dijo que Huracán hay un solo referente, se dieron esos 25
minutos de “jogo bonito” de Huracán, donde como me decía un mensaje en la
radio, “Huracán parecía Huracán”…seguro…con un contexto de un equipo rival “sin
nafta” ni física, ni anímica…ni futbolística.
Fue el festival del gol errado, por egoísmos
individuales, quebrado solo por un golazo de ….Simón, agarrado de aire un
despeje de el arquero Arredondo, de buen partido, a la salida del área, sin
dejarla picar, matando del efecto con el cálculo justo del empeine y pegándole
seco, sin elevar el balón, se leía de la cabina de trasmisión “Panther”, la
marca de la pelota con que se juega en nuestro futbol, de tan bien que le pegó
Simón y el balón entró y quedo clavado contra el soporte de la red a la espalda
de Arredondo y la defensa auriazul.
2 a 0, estaba bien, sin ser nada de otro…futbol,
Huracán, por lo hecho en esa segunda parte merecía el triunfo, ilusionaba a su
grey a través del juego de Simón, solito y solo heee algo que no va a ser común
desde ahora en adelante.
Pero luego cuando uno “cae” en la lectura fría
del partido Huracán sigue sin tener otra alternativa de juego que no sea esa
Simón Dependencia y la transición defensa ataque por los laterales, filtrando
la pelota, la vieja y nunca tan bien ponderada “come cola”, sigue sin saber
bien a que jugar, sigue sin ser
“Huracán” y eso… ese estigma, que se ha “comido” a varios de 8 años a esta
parte…”aletea”, sobrevuela…el futbol del pueblito que se quedo a dormir al lado
del rio.
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