Rio Branco 2 - Treinta y Tres Capital 3
Lo ganó en los
cambios
Por Juan R. Silva
Las palabras del capitán
Rodrigo Segovia fueron el mejor análisis del partido de los rojos del Olimar,
"ganamos un partido donde nunca pudimos imponer nuestra forma de juego, la
dimensión de la cancha y el estado del campo conspiraron contra lo que habíamos
entrenado nunca supimos encontrarle la vuelta" la verdad es enormemente reconfortante
encontrar un jugador del fútbol de Treinta y Tres que no apele a las excusas
para explicar un resultado.
Porque el primer tiempo
de los de Muraña fue una lucha de su
idea de juego contra un entorno y un rival que conspiraban claramente contra
ello, cancha chica y con poco espacio sobre todo para el juego por los
laterales que planificaron los rojos, un campo de juego de césped corto pero
con matas de pasto por doquier que hacían que el balón no rodara fluidamente.
Y un elenco rival que tenia la columna
vertebral ideal de un sector dos, un arquero que mientras pudo ver fue
importante en el resultado, una pareja de backs fuerte y expeditiva, medio
lenta y pesada pero firme y segura en los despejes, un volante central (Sotelo)
con personalidad y tranco seguro, un creativo (el hermano menor de Sotelo) y
un delantero "picante” llamado Feijóo que a fuerza de gambetas y habilidad
complicaba a una defensa roja que fue mostrando también en ese primer tiempo
dudas.
Porque lo mejor nuestro
en ofensiva, nuestra arma este año, llegó a través de la pelota quieta o de los
saques laterales "vía satélite" que hace el capitán Segovia, la marca
y el esfuerzo local achicando los espacios a las espaldas de los zagueros y
amontonando defensas cerca del arquero Gallo, beneficiado porque Treinta y Tres
intentaba penetrar con pases por el ojo de una aguja o con gambetas reiteradas
que contribuía a la recuperación rival.
Y las dudas en defensa
fueron llevando a una pérdida de seguridad en el inicio de la elaboración que hacía
que esa primer pelota llegara muy lenta y anunciada, obligando a sobre todo
Diego Sosa a bajar a buscar la pelota, ensuciando mucho la maniobra.
El segundo tiempo fue un vendaval
ofensivo rojo en el inicio, que viendo la debilidad de su rival , comenzó como
para comerse "los niños crudos", pero que comete un error colectivo
tremendo, a la salida de un corner en vez de terminar la jugada quiere jugar
corto para adentro y recibe un contragolpe , está en la tapa del libro, "corner
mal jugado a favor , gol en contra", porque además la cobertura defensiva
fue muy mala y la definición de fantástica
lo que se llevó el análisis, pero los errores defensivos fueron grandes.
Ahí comenzó a aparecer,
con la caída de la noche en el Uría, el gran aliado de los rojos esa noche, la
deficiente iluminación del campo fronterizo, porque fue junto a la floja
respuesta del arquerito Gallo, que había sido figura hasta ahí, dos acelerantes
junto a la pegada de Piriz, en el empate a 1 a 1. Pero pese al empate seguía
sin encontrar el equipo rojo el juego adecuado en el campo riobranquino y en
otro error defensivo y una mala respuesta del arquero Cuenca, que había sido de
los mejores en este partido, posibilitan que sin buscarlo Rio Branco aumentara
a 2 a 1 el tanteador. Sorpresa porque ya las fuerzas locales eran muy pocas y a
causa de eso es expulsado Sotelo, el buen volante defensivo amarillo.
Era demasiada ventaja para Treinta y Tres y
ahí Muraña decide jugarse la ropa , introduce , faltando 20 minutos tres
cambios simultaneo, algo no muy habitual en el futbol y cambia el partido radicalmente.
Porque el ingreso de
Abella dio una seguridad y rapidez en defensa que tranquilizo al equipo, el
pasaje a una línea de tres en defensa, algo que el técnico reconoce que no
había entrenado, le dio referencias más seguras a los zagueros y sobre todo el
ingreso de "Chino" Segovia para armar como enganche y la aparición de "Balotelli" Sosa
como delantero, nos hicieron pasar al planteo que pedía el partido: 3/4/3 y el
empate de tiro libre de Rodrigo Segovia, con mucho de azar y mucho de ayuda de
la luz para complicar al pobre Gallo (los focos del Uría están a la
"buena de dios", se ve que los acomoda el viento y es clarísimo que
en ese arco le dan en la cara al golero).
Y el "Chito"
Acosta que la había tocado poco, pero que es un goleador y los goleadores son
así, aprovechando toda la compañía que tenia ahora, "peina" al gol un
centro desde la izquierda y una mala respuesta del arquero suplente que había
sustituido al lesionado Gallo, para anotar el tercer gol que le daba el triunfo
a Treinta y Tres capital.
El desgaste físico era
demasiado para los locales que cian acalambrados y esa "virada"
roja" demasiado para su potencial.
Treinta y Tres ganó un
partido ante un rival que lucho denodadamente pero que es muy inferior en lo
individual y colectivo, porque nunca le pudo encontrar la vuelta al juego, pero
el contexto y la audacia de los cambios le permitieron llevarse una victoria
importantísima con vistas a la clasificación.
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