Por Inercia.
Por Juan R.
Silva
Treinta y
Tres recuperó su posición de privilegio en el campeonato Clausura, compartida
con Huracán y volvió a encabezar la
tabla anual, luego de un justo triunfo, trabajoso pero justo al fin,
ante el Vaca Azul Olimarudo.
Y estoy
hablando de lo deportivo exclusivamente del domingo, porque es evidente, visto
lo acontecido el lunes en la Liga de Futbol que aunque hubiera perdido el
decano tendría igualmente los 3 puntos, porque “técnicamente” el fusionado jugó
con la afiliación suspendida, lo que da otra clara muestra de lo que es este
final del campeonato 2015 de la Liga de Futbol de Treinta y Tres: un caos
total.
Pero nuestra
función es analizar solamente lo futbolístico y allí en el verde césped, el
primer tiempo de los dirigidos en la oportunidad, en su debut en tal faceta,
por Horacio Gonzales fue bueno, superior a su rival, que se retiro ganando uno
a cero con gol de Sergio Velarde, por la improvisación individual del
delantero, pero que estuvo , el decano, muy lejos de mejor nivel futbolístico,
extrañando quizás a Luis Fernández, pero más que nada confirmando que sus jugadores de desequilibrio y armado de
juego, no están en el nivel del Apertura y que esa imprecisión y falta de ritmo
futbolístico la siente y mucho el albiceleste.
En esa
primera parte, salvo en el gol y en algún otra oportunidad muy aislada nunca le
tiró al arco a Edgar Cardozo, en su vuelta al arco rosado, el equipo de Alzugaray intento una conexión
entre Tabeira y Lemes pero el despliegue de Pedro Villar y la imprecisión de
los dos talentosos jugadores del Treinta y Tres cortaron prontamente ese
circuito.
Sin poder,
bien escalonado y con poco espacio Rodrigo Segovia, cambiar el ritmo y con los laterales muy
contenidos, Treinta y Tres fue un equipo de 30 metros de ancho en una cancha de
70 y ahí el mencionado Villar, Mesique Cedrez y Gonzales, mas las ganas del
resto del equipo absorbía cualquier intento decano.
Pero el
problema para Treinta y Tres en la primera parte estaba en el muy buen momento
futbolístico que está viviendo Matías Gallegos, con su tradicional movilidad,
pero con una tranquilidad y precisión totalmente recuperada, mas una lectura
correcta del juego, Kaki, le daba un desahogo continuo a su defensa y sobre
todo le daba tenencia de pelota a los
rosados y ahí, ahí sentía la ausencia de Fernández el decano, la pelota
era rosada en ese primer tiempo y la peligrosidad de Sosa obligaba a un partido
muy bueno de Rodrigo Moreira.
Así
planteadas las cosas, ese gol de Velarde, invasión de Alfaro por derecha hasta
el fondo centro atrás y remate de Sergio alto y al segundo palo que vence a
Cardozo le dio tranquilidad, pero no mejoró el juego de los albicelestes que se
fueron al intermedio sabiendo que no habían hecho merecimientos para eso.
La segunda
parte marcó lo que se preveía, el aspecto físico le jugó desde el inició en
contra a La Vaca, sintió el parate y Treinta y Tres simplemente desplegando los
laterales fue superior en el inicio del segundo tiempo.
Pedro ya mostraba síntomas de agotamiento,
saliendo acortar lejos un par de veces y perdiendo, Elder y Otero,
importantísimo en su tarea de exigir a Moreira en la primer aparte ya no tenían
tanto despliegue y sobre todo Vaca Azul pareció empezar a descansar el partido
en su ultima línea.
Pero cuando
todo hacía pensar en una caída en picada de la cancha hacia el arco de la
entrada donde estaba Cardozo, de otro partido, de otro tramite coyuntural,
Diego Sosa saca un gol de la galera, tremendo zapatazo al ángulo superior
izquierdo de Dino Acosta, que nada podía haber hecho tampoco y el uno a uno fue
un balde agua helada para los albi celestes.
Que creo, se
sorprenden porque estaban en control del partido y se desconciertan durante unos 10 o 15 minutos.
Se apuran, se ponen nerviosos pero
prácticamente que por inercia ahora si vuelcan el partido sobre el arco de
Cardozo, con un trabajo muy destacable de los laterales sobre todo Sergio
Bautista que empieza a ser incontenible
para todo el sector derecho de La Vaca.
la salida de Matías Gallegos termina de
entregarle la posesión del balón a Treinta y Tres, porque Nacho Gomez que lo subroga
y que era el ideal para con Kaki jugar a retener el balón se encuentra solo,
sin quien dialogar y es una referencia mucho más fácil de tomar para el medio
juego albi celeste.
Por si algo
le faltaba a Treinta y Tres para afianzar totalmente su dominio, físicamente
superior, con propiedad del balón ahora, con los laterales exuberantes y su predisposición, lógica, de ir a buscar el
resultado que necesitaba, llega la tonta expulsión de Elder Gadea, al
realizarse el cambio, ahora por si algo le faltaba a la Vaca tenía un hombre
menos, para correr, casi desfalleciente físicamente, los últimos 20 minutos.
Y pese a que
Pablo Mesique y Juan Gonzales lucharon
por algunos momentos la inercia de todas
las circunstancias que te enumere más arriba hizo que Bautista desbordara por
enésima vez y esa jugada que Treinta y Tres hace tan bien de desborde, el delantero de ese lado rodea y llega al
segundo y el del segundo atrae la marca rival picando al primero, le dio otra
vez resultado, Yamandu Tabeira, el asistente de Bautista, rodea y se encuentra
con todo el arco de cara, el centro es perfecto y el gol es lógico.
Treinta y
Tres, para mí, no jugó bien, no tiene aquel ritmo fluido sobre todo, pero tiene
herramientas, que ha ido adquiriendo durante el año, una acumulación de trabajo
que le permiten tener una ventaja cualitativa, sobre todo sabe que hacer aunque
no lo haga del todo bien y en un futbol donde la improvisación y el sueño “con maizales
gordos” campea, es un plus enorme, pragmatismo le dicen algunos, realismo le
digo yo.
El ingreso
de Víctor Goldaracena le había dado un “cabeza de área” a Treinta y Tres, otra
subida de Bautista, el tercer gol del
decano precipita casi, los rosados no tenían fuerza alguna y a partir del
segundo gol se desordenaron totalmente, jugando los defensas de volantes y los
delanteros bajando a defender y eso en ante un equipo ordenado como Treinta y
Tres es suicidio, lo increíble es que los jugadores , algunos veteranos ya
crean realmente que porque cambien de posición van a cambiar el tramite, eso es
no ubicarse, creer que uno juega más de lo que juega y sobre todo exponerse a
recibir mucho más goles, pero bueno capaz que tienen razón, yo en los miles de
partidos que he visto nunca vi que el desorden le ganara al orden, nunca, pero
insisto el futbol es tan impensado.
Gana bien
Treinta y Tres, justicieramente, ante un luchador Vaca Azul Olimar, que
mientras se mantuvo ordenado fue rival e incluso le complicó la vida y que sigo
pensando que si se ordena es un equipo de futuro, por ahora se “soltó la Vaca”
parece que le abrieron la portera.
Treinta y
Tres sigue ganando cuando no juega bien y eso es un alerta importante, su curva
de rendimiento parece no afectarlo en los resultados y aunque en ese mano a
mano con su clásico rival parece estar en un momento donde no es superior
coyunturalmente se hace fuerte en su carga de trabajo y eso es lo peligroso,
ojo con un cuadro que gane los partidos que no juega bien, porque se fortalece
en la circunstancia, tiene otra rebeldía y otra cabeza, Treinta y Tres es el
máximo candidato aunque no esté en su
mejor momento.
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