Copa de Clubes Campeones
Difícil de explicar
Por Juan R. Silva
Fotos: Oscar Furtado.
Esta campaña 2014 de Treinta y Tres es difícil de explicar, era a priori el gran candidato de todos en el año de su centenario, podemos decir que hizo las cosas medianamente bien en todo aspecto antes de empezar la temporada, pero ha ido poco a poco desinflándote hasta esta caída del sábado por la Copa de Clubes Campeones, que no es de dudar pegara y fuerte en las huestes del decano.
Pero también, es difícil de explicar este partido, personalmente estaríamos tentados, lo estuvimos de aplicar el aspecto épico a este triunfo de Huracán, sería muy fácil poner títulos como “Lo ganó a lo Treinta y Tres” o “victoria emotiva” y cosas así, apelando a esa idiosincrasia, muy desteñida en los últimos tiempos, que durante mucho tiempo alguien contó, que el decano ganaba los partidos cuando tenía todas las desventajas y casi siempre poniendo una actitud , que siempre se le cuestiono a su tradicional rival el globito…”que se graficaba como “ganar a lo Treinta y Tres” o “pinchar el globito”….insisto que en los últimos años muy desteñida esa graficaciòn de una forma de jugar, más emotiva que técnica, que por lo menos yo…no vi tantas veces como se cuenta, es más las veces que vi ganar en los últimos tiempos a Treinta y Tres era mucho más intentando jugar que “metiendo” como insisto, alguien decidió contar la historia.
Y insisto y recalco que el triunfo de Huracán el sábado no se debe explicar por el lado emotivo ni épico, por más que algunas circunstancias lo podrían hacer ver así, Huracán queda al arranque del segundo tiempo con uno menos (¡¡y que uno menos!!: “El Pichón” Gómez) y después de haber errado, al final del primer tiempo en los pies del Mario Fabián Perdomo, dos tiros penales ante un arquero claramente lesionado.
Un primer tiempo donde Treinta y Tres, pese a esa circunstancia de los dos penales, bien cobrado y bien tomada la resolución de repetirlo por el juez, mal tirados por Mario, los dos remates a la pierna sana de Larrosa, decía que pese a esto, el decano había sido mejor en su rendimiento y mejor en su actitud ante el partido.
Estaba ganando bien, claramente, por un gol solamente, penal bien cobrado y bien ejecutado por Darío Vera, sin muchas llegadas sí, con un Vicentino muy atento en las dos o tres que llegó el albiceleste, pero dominando el juego del medio campo, presionando a su rival y no dejándole jugar y después repentizando y profundizando con una buena labor en el despliegue de Giménez y Velarde.
Huracán en el primer tiempo? Tuvo sobre todo después de la apertura del score, una zona que sería decisiva después en el partido, una ventaja importante, sobre todo en el contragolpe a las espaldas del sector derecho defensivo de Treinta y Tres donde Diego Gravì permanentemente encontraba facilidades y tal es así que terminan ese primer tiempo amonestados volante y lateral izquierdo de el decano, obligando a José Denis a cambiar el marcador, era la zona, pero como el penal llega por el otro lado y sin dudas ese golpe anímico pega fuerte en el globito, todo eso se olvido en Huracán y debo decir que Treinta y Tres , tal es así que hubo claras muestras de desagrado con sí mismo de los jugadores albos, reprochándose jugadas puntuales, que si el decano ganaba por algún gol mas no sorprendía a nadie.
El segundo tiempo fue muy parecido a lo que veníamos viendo, con los piques de Velarde generando la expulsión de Fernando Gómez, el defensa que hasta ahí mejor había soportado el ataque rival.
Y ahí pasaron 10 minutos que en mi humilde saber y entender fue el momento en el que Treinta y Tres perdió el partido.
Porque de contragolpe tuvo muchas oportunidades de generar chances de gol el decano y lean bien lo escrito, no oportunidades de gol no, oportunidades de generar esas chances, porque el globito, obligado por el resultado, quedó con línea de tres y con un Diego Fialho, que no es precisamente un velocista jugando de ultimo.
Y entre Fialho, Alfaro y Martín Santos, mas el exuberante, otra vez, despliegue de Pedro Villar, Huracán “aguantó” y “bancó” el partido, ellos 4 y la ley del offside que deciden tirar una y otra vez las defensas albas y en la que caen, increíblemente, como chicos de 5ta división los jugadores de Treinta y Tres.
Debo decir que tuvieron no menos de 8 contragolpes con ventaja numérica y de velocidad los delanteros albicelestes, quizás sí y en su descargo, asistidos de manera no muy precisa no cómoda, Treinta y Tres tiraba un pelotazo, muchas veces apurado, no elegía ni encontraba a quien elegir esa “asistencia que vulnerara tan frágil forma de defenderse del globito y el partido, le cobró carísimo esa ineficacia al decano.
Y eso es lo inexplicable o lo difícil de explicar , no es que Treinta y Tres no lea una “ley del Offside” ni poner a Velarde mano a mano con Fialho, que cortó no menos de 4 ataques rivales en ese lapso no, lo inexplicable es que Treinta y Tres se desordene, se vaya a buscar un segundo gol y en una contra aislada, Huracán que estaba solo esperanzado en alguna gambeta de Larronda, (le dio otra agresividad al equipo cuando ingresó) decía que lo inexplicable, para mi es que Treinta y Tres teniendo enfrente a un equipo que no le creaba ningún peligro, golpeado por errar esos dos penales, que no tenia ofensivamente fuerza alguna, les quemaba la pelota a los delanteros y volantes albos en ese lapso, es decir ni jugaba bien ni se rebelaba futbolísticamente Huracán, ante eso Treinta y Tres, se desconcentra, se desordena y en una contra (un contragolpe cuando estas ganando y solo te sirve la victoria, es de primer año: no te pueden contragolpear, tenes que cortar arriba con falta) en una contra decía, el zaguero izquierdo de la línea de tres de Huracán ¡¡ aparece como volante izquierdo solo y mete una asistencia al volante derecho de Huracán que esquiva a un rival y define!!! ¿Dónde estaba Treinta y Tres?... ¿donde estaba el escalonamiento defensivo?... ¿donde estaba la falta para evitar que te lleguen al área y queden cara a cara con tu arquero lesionado? , es ciertamente difícil de explicar tanta desconcentración, no es que te hallan llenado de centros, que te lleven contra tu arco metiendo y gambeteando no, Huracán era hasta ahí muy tibio en ofensiva.
Y ese empate “sacó” de partido a Treinta y Tres, quedaba poco además, porque el
decano todo se fue” mentalmente, al extremo que sufre en esos últimos minutos dos expulsiones tontas, parecía que se quería ir algún jugador decano y Gastón Giménez, que como buen goleador, no había tocado ninguna, pero convierte un gol sobre la hora, que deja el resultado en un 2 a 1 para Huracán, le da 3 puntos al globito, lo manda a la segunda fase de la Copa, jugara con el Huracán de Vergara y transforma aquellos “gorros” del primer tiempo en una sonrisa esperanzada, que mira el campeonato local como de costado, pero con una confianza que , luego de aquella derrota con Peñarol, pareció tan lejos.
Lo de Treinta y Tres, con el diario del lunes, va a tener las más variadas conjeturas, este humilde conocedor del futbol olimareño, tiene la suya, pero hoy, en este momento solo atina, tan sorprendido como casi todos a decir…” es muy difícil de explicar…
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