El partido de la Fecha
Por Juan R. Silva
Treinta y Tres 2 (Diego Sosa)
Peñarol 1 (Víctor Pellejero)
Pero no solo por el resultado (parejo y adecuado a los visto) sino además por el
dramatismo y la convicción con la que se jugó por los dos equipos, luchando
además los jugadores con un arbitraje que trataba de “sacar” el partido
permanentemente.
Un primer tiempo interesante donde Peñarol
realmente lo complicó y maniató al albiceleste, reduciéndole al espacio y
haciéndolo, pese a la intención decana de jugar por las bandas y profundizar,
terminar tirando centros, frontales para un seguro Gabriel Rojas.
Peñarol sin ser nada
del otro mundo en esa primera parte tenía en la movilidad de Gallegos una rueda
de auxilio permanente y su conexión con Diego Arada, un jugador que siempre
hace su trabajo de forma muy prolija , injustamente minimizado por ser el “el
hijo de…”, le permitía a el equipo aurinegro ser el autentico dominador del
juego pese a tener mucho menos posesión que su rival.
Treinta y Tres tenía
y tiene un evidente problema de manejo de ritmo de ataque , Tabeira y Lemes
juegan a una velocidad mental y el resto de los delanteros lo hace a una velocidad
física, entonces ellos dos se van a frustrando y enojando con la lectura
(inexistente por momentos) de sus compañeros, así además la expulsión decretada
por el juez , exagerada totalmente, es mas no se dio cuenta en el momento que
tenia amarilla Tabeira sino no se la saca, en una jugada que insisto para las
protestas, el línea estaba a 10 metros y de frente y siguió corriendo… no marco
nada… e insisto con Velarde siempre es mas duda que certeza.
Y esa expulsión, no
solo afecto en el numero a el decano sino que lo nubló totalmente, Peñarol
seguía defendiendo firme, seguro y con Pellejero siendo una pesadilla para el
fondo albiceleste.
La segunda etapa
permito el atisbo de cambiar el planteo de Peñarol, que fue inteligentemente
haciendo ingresar a los jugadores que podían darle la tenencia de pelota
necesaria para ganar el partido, de hecho eso era plasmable en una gran
intervención de Larrosa que evitó el gol carbonero y cuando Peñarol lo tenía a
punto caramelo, la lectura siempre acomodaticia de los jueces de Treinta y Tres
y donde De Los Santos es el abanderado, no olvidar que el año pasado siendo
línea no le cobró un penal muy claro a Peñarol contra Barrio Coya, que dejo
afuera del Play Off al carbonero por "el qué dirán" y ahora expulsando a Ángel Carrasco, el líder y
caudillo aurinegro, por doble amarilla
lo confirmó, ojo Treinta y Tres venia
de sufrir esta lectura de arbitrajes en el clásico o sea que es según la
cara del cliente hoy te toca a vos , mañana le va a tocar al otro, todo con tal
de “no complicarse la vida por los 1500 pesos por partido que levanta una
terna” sin pensar y sin importar que
después nuestro futbol sea de “señoritas” y clarito esto lo dice el mismo que
no se banca los arbitrajes donde se les deja pegar a los más chicos, pero en
Treinta y Tres y en el arbitraje olimareño es así, yo personalmente prefiero
uno que sabe poco pero es consecuente y no
a un vivo “saca partidos”.
Lo cierto es que a
partir de la salida de Carrasco y el ingreso de
Diego Sosa, bien dispuesto por el técnico Denis , beneficiado el pique
largo de este con muchos espacios porque
Peñarol ya estaba expuesto a adelantarse y buscar el partido, le bastaron a
Treinta y Tres dos apariciones fantásticas de Gonzalo Lemes y dos asistencias
para el joven Sosa, la línea de tres expuesta por Peñarol colapsó, lo que marca
lo que les decía en el principio de la convicción de las ideas de los dos
equipos , que ya lanzados resolvieron
salir a “ganarse” el partido sin especular riesgos y en ese contexto
Treinta y Tres con Sosa fue más contundente.
El descuento de Pellejero con golpe de cabeza
le dio dramatismo al partido, pero Treinta y Tres tuvo opciones de aumentar
también, en un partido que termino con mucha intensidad y con el decano
sacándose “una sombra negra” de los últimos tiempos de arriba y consiguiendo
tres puntos que lo alivian en los resultados y lo hacen ponerse expectante
sobre todo con vistas al trabajo de la semana, ir a entrenar después de ganar
es otra cosa.
Peñarol apostó a ganar el partido, fue inteligente
en el manejo del material que tiene, incluso en varios pasajes del partido tuvo
mucho mejor control del partido que su linajudo rival, perdió por su fidelidad
a una idea y por meritos del oponente, que nunca ni aun con uno menos renunció al protagonismo
de “buscar” el partido ,en un encuentro donde la incidencia del arbitraje fue
determinante en el clima de la brega… para mal por supuesto.
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