Copa Nacional de Clubes 2019 A .
. El Tanque
Por Juan R. Silva
Peñarol de Treinta y
Tres empató agónicamente en un tanto por
bando su partido debut por la
Copa Nacional de Clubes A, algo absolutamente insólito para
el fútbol de “la Venezuela
del Interior”, desusado e histórico, ante el Wanderes Juvenil de Tacuarembo,
uno de los poderosos de esta serie.
Lo primero es contextualizar este partido para el carbonero
olimareño y sobre todo con la medida de un rival de nivel, me animó a decir de
primer nivel en esta serie H de la Copa
Nacional de Clubes.
Porque para al puzzle que ha tenido que llevar adelante Marcelo Ferreira en esta temporada 2019 en el
equipo aurinegro, con enormes dificultades
de todo tipo, lesiones, ausencias por trabajo, enojos por decisiones técnicas,
traspasos, económicas y de infraestructura (es sabido por ejemplo que el
carbonero no tiene cancha propia para practicar).
Realmente ya lo escribimos parece “orinado” por un
tiranosaurio Rex el equipo mirasol y que no paran de pasarle factura a la hora
de una competencia de tal nivel, mostrando que no es “tan fácil” ir a jugar una
Copa como algunos dicen alegremente casi como expresando una obligación , lo
difícil no es llegar incluso lo difícil es mantenerse.
Peñarol que dirigencialmente es el empeño y amor al cuadro
del que es hincha desde pequeño “Falu” Saravia, del que me atrevo a decir que
sino estuviera Peñarol ya no existía ni siquiera competía en la Liga local.
El y algún amigo o familiar generando sponsors son la base económica
de esta quijotada que estuvo lindo para soñarla pero que ahora en el momento de
plasmarla hay que apretar los dientes y…no aparece nadie, esa es la verdad.
La familia de los jugadores y el técnico hacen las veces de
dirigencia y empujando más con el corazón que con otra cosa y los actores quien anteriormente mencione,
eso es Peñarol hoy.
Con aciertos como la cantina o la convocatoria, mas de 12
mil pesos recaudados pero que en realidad es la cuarta parte del presupuesto
que se necesita para jugar como local un partido en esta categoría solo de
gastos fijos, estamos hablando de jugadores que realmente juegan por “amor a la
camiseta” y el anhelo de salir en la
trasmisión de la televisión de sus
partidos.
Con errores como es la no presencia de Manuel Graví, experiente
y talentoso volante que podría manejar
la pelota en un partido chivo como este, por motivos de documentación, que se supo minutos antes de saltar al campo
de juego
Frente a toda esa problemática Peñarol se paró firme en su
cancha ante un equipo con otro presupuesto, otra experiencia en este tipo de
partidos ( sus jugadores son casi todos la base de la selección de Tacuarembo)
tiene 8 años seguidos de Campeón en su potente liga, que incluso hace 3 o 4
años con varios de estos futbolistas salio campeona del Nacional de selecciones
y el técnico por ejemplo a estado en todas esas instancias , es el técnico de
la selección de Tacuarembo con algún pasaje por el profesionalismo.
Venia además acicateado el equipo albi negro por una derrota
dura y no esperada en su feudo de Tacuarembo ante el melense Melo Wanderes.
Wanderers salió a
copar el Centro Empleados de Comercio y
en el primer tiempo contó con alguna llegada clara que el muy buen arquero
juvenil del Peñarol Luís Godoy local evitó, el local tuvo también lo suyo en
una definición cara cara de Martín Ávila pero Jonathan Vaz el arquero
tacuaremboense evitó la caída.
El segundo tiempo fue mas movido a partir del ingreso del
Riverense Marcio Galli, que llenó de fútbol el Estadio Municipal , algo pasado
de peso pero mas pasado de calidad futbolística que desde su ingreso armó al
elenco albi negro y encontró los espacios que la intensidad del medio campo
aurinegro en la marca había cerrado en el primer tiempo.
El despliegue lleno de fútbol de Robert Echechuri fue
premiado con un gol luego de que Peñarol dudara en su ultima zona, pero el
Wanderers tacuaremboense ya había errado un par de ocasiones, Godoy evitó un
par mas y hay una incidencia muy polémica donde el balón de la impresión de haber
ingresado a la meta aurinegra.
Peñarol en el primer tiempo dependió exclusivamente de
Cristian Gutiérrez en ofensiva y pese a que en el segundo tiempo el albinegro
visitante lo controlo mas, utilizando una doble marca el potente delantero
aurinegro fue siempre fuente de preocupación para la visita.
Obligado Marcelo Ferreira en derrota a adelantar las líneas
y pasando a jugar con 3 delanteros, por momentos 4 Peñarol fue, sin mucha
claridad pero con convicción que si alguna pelota le quedaba a El Tanque
carbonero el empate , que Peñarol dentro del campo no mereció precisamente,
porque el rival fue superior.
Pero pasados 5 minutos del tiempo reglamentario un tiro
libre, por falta a el mismo, de Cristian Gutiérrez jugador omnipresente en el
equipo de Ferreira, clavando 7un derechazo salvador en el ángulo superior
derecho del arquero Vaz, jugador de 1 metro 90 centímetros de
altura que se estiro cual grande es y Peñarol de forma agónica y cuasi
milagrosa rescata un punto en su localía en una serie que lo muestra como el
mas débil futbolísticamente.
Empero esa fe que tiene Peñarol, que lo hacen competir
dignamente aun con todas las dificultades que les he contado y donde
seguramente falta alguna que no he dicho, la fe de Peñarol que encarna
justamente “El Tanque” Cristian Gutiérrez me hace abrir un paréntesis de
seriedad para no dar muerto a nadie y menos a un equipo que ha dado probadas
muestras de fuerza emocional.
Peñarol con ese empate sigue vivo, esta en dificultades
porque los puntos de local hay que ganarlo pero si gana en casa y obtiene algún
punto afuera disimulare esa ventaja primaria que parece haber otorgado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario