Atrasado
Copa Nacional de Clubes div.
B.
Los Ataques…
Por Juan R. Silva
Peñarol de T. y Tres 5 (Santiago
Suárez x 3, Cristian Gutiérrez y Martín Ávila).
Artigas de Rio Branco 5
(Mauricio García x 2, Júnior Montero x 2, Santiago Cerisola)
Para los puristas del juego, para los soñadores, para esos
ilusos que piensan que el juego es siempre “hacer un gol mas que el otro” un
partidazo.
Para los mas serenos, para pragmáticos, para los conservadores
que entienden que para ganar hay que lograr que la propia meta este en cero…un
cúmulo de errores donde los ataques superaron a las defensas.
Para nosotros un partido muy raro.
Un partido que esencialmente pasó por dos equipos que tuvieron
dos posiciones mentales distintas y luego nunca pudieron enfocarse en los
detalles y esa ausencia de análisis fue el causante de que el resultado tuviera
ese abultado marcador.
Porque en materia de merecimientos y de hechos el empate
esta bien, Peñarol comenzó mejor aprovechando unos 25 minutos contundentes de
Santiago Suárez sobre todo, que en ese lapso le dieron una ventaja de 4 a 2 en goles a Peñarol y que
aunque no reflejaba tamaña diferencia esta bien porque Artigas de Rio Branco
mostraba muy poco y apenas había convertido con una patriada cargada de fortuna
en los rebotes y de deficiencias en la resolución del conflicto de la contención
de Peñarol y en un golazo de Júnior Montero de media tijera espectacular pero
fuera del contexto del partido que era malo en lo técnico, dos accidentes.
Peñarol muy vertical y con un Suárez encendido que cada vez
que pateaba al arco era gol y con un gol de goleador de Cristian Gutiérrez tuvo
una ráfaga de efectividad, todo lo que
tiraba al arco el equipo de Santana era gol, por virtudes en la definición y
por carencias defensivas en el rival que parecía impactado por el nivel futbolístico
de Suárez y por el contexto del Estadio Municipal tan verde, tan grande y tan rápido
en su piso porque la lluvia de la madrugada y el mañana anterior aun impactaba
en el campo.
Pero Artigas, primero el merito al que vino de atrás , poco
a poco se adaptó, futbolísticamente porque le fue agarrando la mano a la
propuesta individual de Peñarol ajustando la marca sobre Suárez, tomando el
tiempo y la distancia en el escenario y sobre todo comprendiendo mentalmente
que primero tenia que evitar que le hicieran mas goles, contó en ese lapso
hasta el final del primer tiempo con un “afloje” de Peñarol, una bajada en su
nivel de Santiago Suárez que afectado por un estado estomacal sintió esos 25 minutos espectaculares
e intensos y sobre todo porque a partir
de conseguir equilibrarse defensivamente, con un Martín Ávila que los perdonó
un par de veces desde posiciones muy ventajosas, se dio cuenta que tenia muy
poco o nada para perder.
Ya que un primer tiempo
de un partido de Copa Nacional de Clubes de O.F.I. termine 4 a 2 era raro.
Pero lo del segundo tiempo sería difícil, muy difícil de
explicar.
Porque a el estado mental de la visita de “no tengo nada
para perder y bueno que sea lo que sea” se sumó un cúmulo de dudas en el
Peñarol local.
Porque ese gol al minuto del segundo tiempo de Méndez el
buen volante fronterizo le propinó a un Peñarol que lucia indeciso entre salir
a rematar el partido o defender y pararse para la contra, un problema táctico evidente.
El equipo se alargó, sin partirse y se desordenó
prontamente.
Tal cual le pasara en nuestro fútbol ante los equipos que
reaccionan Peñarol que también es un equipo de reacción ( equipos que ofrecen
espacio para que el rival se adelante y lo toman de contragolpe con
lanzamientos verticales) no pudo asumir el control del partido y de la pelota
porque no tenia en campo los interpretes adecuados y su técnico demoró en
ponerlos entonces el visitante fue tomando confianza poco a poco y su
estrategia de verticalizar rápidamente a la espalda de los defensas aurinegros
que al salir Barboza no sabían donde pararse y era evidente que hay un
desconocimiento importante entre sus jugadores, Silvera jugó poco el año
pasado, Díaz también y Fernando Gómez y Graví recién se incorporan pero sobre
todo al salir Barboza pese al 3 / 4 que insisto, por lo menos para mi no era un
problema solo individual sino que Peñarol es un equipo largo que en este
partido estaba a contra gusto obligado a manejar los tiempos del partido,
a “accionar”, confundido además por los
distintos liderazgos que tiene en el campo donde cada uno de las líneas quiere
que las otras dos juegue donde le conviene a ella, esta critica ya la hice el
año pasado y se que no gusta mucho a los jugadores y allegados de Peñarol pero que esta
comprobado que es así…si ya se que estamos en un futbol y en un lugar donde no
decir nada es “dar para adelante “ y hacer ver los errores que te pueden hacer
mejorar es “dar para atrás” dentro de un análisis básico que hacen algunos sobre
del juego y a los que no les conviene hablar de futbol porque mostrarían que justamente
saben poco.
Pero lo mas fuerte que le pasó a la mayoría de los jugadores
de Peñarol fue lo mental realmente ellos pensaron que podían ser superados en
un partido que estaban 4 a
2 arriba y empezar a buscar culpables, cuando era un tema de todos.
Y la Ley
de Murphy “si piensas fuertemente que algo malo va a pasar…pasara” nuevamente
se dio.
Dos errores importantes de defensa ante pelotazos largos, el
segundo desde detrás de la media cancha coronaron lo que era un muy mal momento
de todo Peñarol, errático, buscando soluciones individuales a un problema
grupal, que insisto es no tener un plan en común, no sintonizar a “que jugar”
dentro del campo.
Este querendón, fuerte mentalmente, experiente equipo Rio Branquino, que viene de
una liga con 5 cuadros donde estoy seguro que cada partido es una batalla y no
un réquiem donde todos saben antes que va a pasar como la nuestra, vio esas preguntas , captó esos problemas y aprovechó
sagaz la duda, el miedo aurinegro.
Lo dió vuelta ya les digo con dos pelotazos larguisimos a la
espalda de la ultima línea de Peñarol y consiguió el espacio que nunca un
equipo puede dar, entre el ultimo de la defensa y el arquero y si bien puede
que el joven Godoy tuviera algún error de cálculo si miran la zona donde salen
los pelotazos y donde caen…los jugadores de experiencia de este equipo se
equivocan más aun.
El 4/5 enloqueció a Peñarol, lo descontroló y lo apuró, se
le iba el partido, se le complicaba la clasificación y lo llenaba de dudas.
Pero…como siempre pasa en la bravas apareció “el chiquitín” Martín
Ávila, hizo lo suyo: el gol y apagó en algo el incendio…porque quedaron brasas
y eso fue claro.
Partido raro, cambiante, con vaivenes emotivos, futboleros y
técnicos.
Peñarol perdió la punta del grupo L ante el Huracán de
Vergara a quien enfrentara de visita el próximo sábado, los vergarenses tienen
6 puntos, Peñarol 5 y los equipos de Cerro Largo, Artigas de Rio Branco y
Universal de Melo 2 puntos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario