viernes, 27 de abril de 2018

Atrasado
Copa Nacional de Clubes div. B.

Los Ataques…

Por Juan R. Silva

Peñarol de T. y Tres 5 (Santiago Suárez x 3, Cristian Gutiérrez y Martín Ávila).
Artigas de Rio Branco 5 (Mauricio García x 2, Júnior Montero x 2, Santiago Cerisola)


Para los puristas del juego, para los soñadores, para esos ilusos que piensan que el juego es siempre “hacer un gol mas que el otro” un partidazo.
Para los mas serenos, para pragmáticos, para los conservadores que entienden que para ganar hay que lograr que la propia meta este en cero…un cúmulo de errores donde los ataques superaron a las defensas.
Para nosotros un partido muy raro.
Un partido que esencialmente pasó por dos equipos que tuvieron dos posiciones mentales distintas y luego nunca pudieron enfocarse en los detalles y esa ausencia de análisis fue el causante de que el resultado tuviera ese abultado marcador.
Porque en materia de merecimientos y de hechos el empate esta bien, Peñarol comenzó mejor aprovechando unos 25 minutos contundentes de Santiago Suárez sobre todo, que en ese lapso le dieron una ventaja de 4 a 2 en goles a Peñarol y que aunque no reflejaba tamaña diferencia esta bien porque Artigas de Rio Branco mostraba muy poco y apenas había convertido con una patriada cargada de fortuna en los rebotes y de deficiencias en la resolución del conflicto de la contención de Peñarol y en un golazo de Júnior Montero de media tijera espectacular pero fuera del contexto del partido que era malo en lo técnico, dos accidentes.
Peñarol muy vertical y con un Suárez encendido que cada vez que pateaba al arco era gol y con un gol de goleador de Cristian Gutiérrez tuvo una ráfaga de efectividad,  todo lo que tiraba al arco el equipo de Santana era gol, por virtudes en la definición y por carencias defensivas en el rival que parecía impactado por el nivel futbolístico de Suárez y por el contexto del Estadio Municipal tan verde, tan grande y tan rápido en su piso porque la lluvia de la madrugada y el mañana anterior aun impactaba en el campo.
Pero Artigas, primero el merito al que vino de atrás , poco a poco se adaptó, futbolísticamente porque le fue agarrando la mano a la propuesta individual de Peñarol ajustando la marca sobre Suárez, tomando el tiempo y la distancia en el escenario y sobre todo comprendiendo mentalmente que primero tenia que evitar que le hicieran mas goles, contó en ese lapso hasta el final del primer tiempo con un “afloje” de Peñarol, una bajada en su nivel de Santiago Suárez que afectado por  un estado estomacal sintió esos 25 minutos espectaculares e intensos  y sobre todo porque a partir de conseguir equilibrarse defensivamente, con un Martín Ávila que los perdonó un par de veces desde posiciones muy ventajosas, se dio cuenta que tenia muy poco o nada para perder.
Ya que un primer tiempo  de un partido de Copa Nacional de Clubes de O.F.I. termine 4 a 2 era raro.
Pero lo del segundo tiempo sería difícil, muy difícil de explicar.
Porque a el estado mental de la visita de “no tengo nada para perder y bueno que sea lo que sea” se sumó un cúmulo de dudas en el Peñarol local.
Porque ese gol al minuto del segundo tiempo de Méndez el buen volante fronterizo le propinó a un Peñarol que lucia indeciso entre salir a rematar el partido o defender y pararse para la contra,  un problema táctico evidente.
El equipo se alargó, sin partirse y se desordenó prontamente.
Tal cual le pasara en nuestro fútbol ante los equipos que reaccionan Peñarol que también es un equipo de reacción ( equipos que ofrecen espacio para que el rival se adelante y lo toman de contragolpe con lanzamientos verticales) no pudo asumir el control del partido y de la pelota porque no tenia en campo los interpretes adecuados y su técnico demoró en ponerlos entonces el visitante fue tomando confianza poco a poco y su estrategia de verticalizar rápidamente a la espalda de los defensas aurinegros que al salir Barboza no sabían donde pararse y era evidente que hay un desconocimiento importante entre sus jugadores, Silvera jugó poco el año pasado, Díaz también y Fernando Gómez y Graví recién se incorporan pero sobre todo al salir Barboza pese al 3 / 4 que insisto, por lo menos para mi no era un problema solo individual sino que Peñarol es un equipo largo que en este partido estaba a contra gusto obligado a manejar los tiempos del partido, a  “accionar”, confundido además por los distintos liderazgos que tiene en el campo donde cada uno de las líneas quiere que las otras dos juegue donde le conviene a ella, esta critica ya la hice el año pasado y se que no gusta mucho a los jugadores  y allegados de Peñarol pero que esta comprobado que es así…si ya se que estamos en un futbol y en un lugar donde no decir nada es “dar para adelante “ y hacer ver los errores que te pueden hacer mejorar es “dar para atrás” dentro de un análisis básico que hacen algunos sobre del juego y a los que no les conviene hablar de futbol porque mostrarían que justamente saben poco.
Pero lo mas fuerte que le pasó a la mayoría de los jugadores de Peñarol fue lo mental realmente ellos pensaron que podían ser superados en un partido que estaban 4 a 2 arriba y empezar a buscar culpables, cuando era un tema de todos.
Y la Ley de Murphy “si piensas fuertemente que algo malo va a pasar…pasara” nuevamente se dio.
Dos errores importantes de defensa ante pelotazos largos, el segundo desde detrás de la media cancha coronaron lo que era un muy mal momento de todo Peñarol, errático, buscando soluciones individuales a un problema grupal, que insisto es no tener un plan en común, no sintonizar a “que jugar” dentro del campo.
Este querendón, fuerte mentalmente,  experiente equipo Rio Branquino, que viene de una liga con 5 cuadros donde estoy seguro que cada partido es una batalla y no un réquiem donde todos saben antes que va a pasar como la nuestra, vio esas  preguntas , captó esos problemas y aprovechó sagaz la duda, el miedo aurinegro.
Lo dió vuelta ya les digo con dos pelotazos larguisimos a la espalda de la ultima línea de Peñarol y consiguió el espacio que nunca un equipo puede dar, entre el ultimo de la defensa y el arquero y si bien puede que el joven Godoy tuviera algún error de cálculo si miran la zona donde salen los pelotazos y donde caen…los jugadores de experiencia de este equipo se equivocan más aun.
El 4/5 enloqueció a Peñarol, lo descontroló y lo apuró, se le iba el partido, se le complicaba la clasificación y lo llenaba de dudas.
Pero…como siempre pasa en la bravas apareció “el chiquitín” Martín Ávila, hizo lo suyo: el gol y apagó en algo el incendio…porque quedaron brasas y eso fue claro.
Partido raro, cambiante, con vaivenes emotivos, futboleros y técnicos.

Peñarol perdió la punta del grupo L ante el Huracán de Vergara a quien enfrentara de visita el próximo sábado, los vergarenses tienen 6 puntos, Peñarol 5 y los equipos de Cerro Largo, Artigas de Rio Branco y Universal de Melo 2 puntos.

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