Campeonato Clausura 2017-
“50 años del Deporte al día”.
Pardas en dos
Treinta y Tres 2 (Rodrigo Segovia y Anthony De Ávila)
Peñarol 2 (Marcos Giménez y Diego Barboza).
Era y fue un partido muy esperado, por todo el contexto en
el que a sumido al futbol de Treinta y Tres la reclamación de puntos y de
Campeonato en definitiva, del Huracán en virtud de lo que entienden los albos
es una inhabilitación de un jugador aurinegro.
Porque además en el final del Apertura ya Treinta y Tres
Futbol Club era “El Decano” y terminaba en un muy buen nivel sumando 3 triunfos
en línea y ya quedando cuarto en la tabla anual.
Pero sobre todo
encontrando una alineación, que no repitió este domingo; de las mejores sino la
mejor individualmente y línea por línea del futbol domestico olimareño.
El Campeón del Apertura contra el que termino mejor, con la
reclamación de por medio, el morbo era palpable totalmente, mas si nos ponemos
a pensar que si se confirma la reclamación de Huracán alinear a Cristian Gutiérrez,
como pasó, le puede seguir trayendo consecuencias al carbonero local.
Pero Raúl Alfredo Santana, el jugador y los dirigentes
corrieron el riesgo y el delantero alineó este pasado fin de semana.
Lo cierto es que Peñarol entró a jugar de la misma forma que
en la final del Apertura contra Huracán, hasta con el aditamento de Marcos Jiménez
parado como lateral derecho y con la inclusión de David Díaz, recién llegado en
el reciente periodo de pases desde huestes del globito justamente, por Sebastián
Burn.
Pero Treinta y Tres sorprendió a los aurinegros y a todos
plantando una línea de tres que en el
inicio nos dejo la clara sensación de un error claro de Paz y que luego le daría
en parte la razón al técnico decano.
Mario Alfaro Habitualmente volante carrilero, Camilo Sosa también
lateral por izquierda y Sosa el único zaguero zaguero ponía el osado técnico
lascanense ante el tridente “la
MCN ” DE Peñarol que es el mejor ataque de nuestra Liga.
Y si bien puede decir
que le salio ese “inventó” bien a Paz porque controló el medio juego con una
presencia masiva de volantes de "buen pie” para recuperar y jugar prontamente,
nosotros por nuestra parte debemos decir que en los primeros 45 minutos Peñarol
tuvo no menos de 3 oportunidades muy muy claras ante el arquero Larrosa que definió
mal el aurinegro sino debíamos de estar hablando de una ventaja rápida y pronta
de los de Santana.
Que volvieron a
depender casi excesivamente de la habilidad y el talento de Nicolás Gutiérrez
en el traslado y en algún pelotazo largo de Wilfredo Aquino, porque otra vez,
esta vez ante un equipo que le peleo y le ganó “las segundas pelotas” Peñarol
volvió a “partirse” entrelineas y quedar los delanteros Gutiérrez y Ávila muy
colgados allá arriba.
El despliegue constante de Ávila el vergarense que jugó muy
bien y solidariamente con sus compañeros exigía que el trabajo de la defensa de
Peñarol al recuperar fuera bastante impreciso.
Y sobre los 10 minutos del primer tiempo aparece con 4
jugadas fantásticas Tabaré Sosa Da Silva, hoy el jugador con mas impronta de nuestro
medio, primero pasando a lo “Ronaldiño” mirando par aun alado y pasando para
otro, una pelota que por izquierda aprovechando la diferencia de velocidad de Bautista
con quien se parara por derecha en Peñarol.
Luego metiendo un
pase “de cuchara”, “empalando” por encima de la defensa el balón para que
nuevamente Bautista desbordara y habilitando, en la tercera jugada, de taco a Ávila,
era incontenible por imprevisible y talentoso “el Taba”.
La cuarta jugada es una invasión, con habilidad y metiendo
el cuerpo que llega a la línea de fondo por izquierda , en el arco de la Ose , que termina en un corte con contacto de los
marcadores aurinegros y la protesta, de muy buena manera, en un excelente
arbitraje Gustavo De Los Santos deja seguir y todo esto confunde a Peñarol que
ve como la pelota deriva hacia la derecha del ataque decano y con un gesto técnico
excelso Rodrigo “Toto” Segovia, la toma de pleno empeine derecho y con el gesto
tecnico que muestra la foto la pone en el rincón mas largo de Acosta.
Treinta y Tres uno a
cero y la ineficacia de Peñarol, 10 minutos brillantes, de otro nivel, del Taba
y Treinta y Tres en el filo de una navaja con una línea de tres improvisada y
sin trabajo.
El resto del primer tiempo fue muy molesto para Peñarol,
porque Treinta y Tres le impedía la recuperación de rebotes, con mucha gente en
esa zona y porque para la elaboración de Nicolás Gutiérrez había mucho “trafico” porque las piernas
decanas congestionaban mucho las inmediaciones del área albi celeste.
Metido, por la decisión
y el planteo decano y por la incapacidad para generar juego de Peñarol, salvo insisto
y recalco la conducción de Nico Gutiérrez, el primer tiempo se fue entre
trancazos, discusiones, golpes y mucha imprecisión, con Treinta y Tres sobre
todo Avila muy cómodo ahí y con Peñarol afirmado en la seguridad granítica de
Diego Edson Barboza.
El segundo tiempo con Treinta y Tres forcejeando y luchando
los rebote pero sin el Taba que era sometido a una marca muy física por “Chino”
Aquino, Treinta y Tres elevaba la temperatura emocional del partido protestando
todo lo cual hace que sea muy confuso y apurado su juego y Peñarol sin encontrar
la formula para preocupar a Larrosa, hasta que sobre los 10 minutos, Nicolás Gutiérrez
encuentra como: la pelota quieta.
Tiro libre desde la derecha, Nico le da en comba casi
frontal y el despeje de un zaguero decano encuentra a Marcos Jiménez en “la
zona muerta” del otro lado y su bolea alta, levantando la cadera como dice el
manual, miren la imagen, explota en la red de Larrosa, casi le arranca el arco.
Euforia en Peñarol y el descubrimiento que Treinta y Tres
era débil en el juego aéreo.
Casi enseguida un corner desde la derecha de vuelta, otra
vez la comba “para adentro” de la zurda del Nico y ante un Treinta y Tres que
miraba todo en primera fila, el “nucazo” de Diego Edson Barboza que cerraba así
una actuación de gran nivel , que le permite a los aurinegros locales pasar en
el score.
Pequeño párrafo aparte : los festejos mirasoles tuvieron una dedicatoria preparada ambos, el de Marcos Jiménez buscando con “binoculares a “alguien” que estaba o que se había “desaparecido” y el del “Bomba” Barboza golpeándose el abdomen son toda una declaración que Peñarol juega y gana para tapar algunas bocas y que tiene unas cuantas deudas que cobrar, no se si eso será bueno o malo el resultado final lo dirá pero que el aspecto emocional tiene un componente importante en esta rebeldía inusitada que esta teniendo Peñarol eso es clarísimo.
Y Peñarol sin jugar bien, se impuso a Treinta y Tres en ese
lapso en lo que es la especialidad del decano, lo épico, lo emotivo, pero no le
duró mucho esto al carbonero.
Porque obligado a
adelantarse y con nuestra duda en el aspecto físico por delante, Treinta y Tres
encontró en Yari Silvera un faro en quien apuntar y ahora el despliegue
generoso del vergarense De Ávila pudo ser aprovechado.
Hubo una aspecto importante a considerar cuando por lesión
sale de la cancha Aquino, a partir de ahí nadie le discutió los rebotes a Nando
Acosta y el volante central albi celeste sitio el a Peñarol.
Un desborde por izquierda, esos últimos minutos de Sosa
empujando y Bautista subiendo fueron muy difíciles para Peñarol, decía que un
desborde de Bautista (lo planificado por Paz) y la definición de De Avila
empardaron el partido.
Y de no mediar la
fortuna, porque el cabezazo de Gonzalo Lemes fue limpio y técnicamente impecable
de pique la suelo, solo errado, Treinta y Tres casi se lo lleva en la ultima,
lo cierto es que en lo épico no hay acá en nuestro futbol nadie que se sienta tan cómodo como el Treinta y Tres y eso es un
axioma.
Pardas en dos, justo, pero con muchas cosas para analizar fríamente,
con ausencias, con contextos “raros", con festejos íntimos y con muchas
cosas que le dieron un condimento espacial, parecía una final de campeonato…y
la historia sigue abierta.
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