Campeonato Clausura
2018.
Peñarol Campeón a paso demoledor.
Por Juan R. Silva
Peñarol 3 (Fernando Gómez
y Cristian Gutiérrez x 2)
Barrio Coya 1 (Alfonso
García)
Con un buen marco de público en el estadio Peñarol le ganó
por 3 a 1 a Barrio Coya y se consagró
campeón del torneo Clausura en esta modalidad combinadas de Liguillas y
encuentros “mata- mata”.
Los aurinegros perdiendo solo un partido en las liguillas
ante este mismo rival lograban el pase a la final luego de vencer a Yerbalense
en durísimo partido que se definió desde el punto penal y sobre todo creo que conseguía
lo que esta noche entre semana en el estadio quedo absolutamente
plasmado…seguridad.
Ya cuando los aurinegros reponiéndose de ese golpe fuerte
que fue aquella derrota ante los varelenses terminaba ganando la tabla
anual con un poco de azar porque Huracán perdió algo que tenia en
la mano, definiendo con cartas vistas y ante un Yerbalense desmantelado, creo que
la suerte le ha hecho guiños al carbonero local, que la ayuda mucho con un plantel
poderoso para nuestro medio pero sobre todo en esta ultima parte del año consiguiendo una forma de jugar en la que se
siente cómodo.
“La suerte del Campeón” diría algún creyente, pues de la
manera que se quiera Peñarol fortalecido por la confianza y porque sabe que
tiene el handicap de adaptarse, por la calidad de su plantel a las distintas
circunstancias de manera mas acelerada, enfrentaba esta definición con otra ventaja,
nuestra joya mas preciada el estadio lo ha tenido jugando partidos importantes
de Copa en mas de 10 oportunidades mientras que su rival el Barrio Coya no jugo
nunca en el año!!!! y para los que entendemos el fútbol como un juego donde el
contexto es un valor importante ese
elemento es decisivo si se aprovecha de manera eficaz. Peñarol con mas de 40
partidos en el año y con la jerarquía de sus jugadores si hay algo que es “es eficaz”
para nuestro fútbol, si le das ventajas te va a matar.
El gol del arranque de Fernando Gómez no solo fue una
muestra de su mejor adaptación al cambio de dimensiones del Parque, donde todo
esta cerca, al Estadio ( una estancia) en otro intervención involuntaria, pero
intervención de los dirigentes de la
Liga , que como no saben nada de fútbol y solo piensan en
quedar bien con “los de afuera” cambiaron para conveniencia de Peñarol de Montevideo que
venia con unas inferiores a jugar con Lavalleja de Treinta y Tres ( a “ojear”
jugadores sub. 15 en realidad) entonces aprovecharon y le pusieron “La Final ” de decorado…eso vale
el fútbol de Treinta y Tres para nuestro máximos dirigentes.
Quisiera ver si los capitalinos si algún día va una
selección de Treinta y Tres les dan su
mejor cancha para un partido
amistoso?…”maldición de Malinche” en su máxima expresión, me imagino a los
gurises de cuarta división de nuestra Liga, los que hacen que los dirigentes
estén donde están, mirando eso y diciendo “Y nosotros jugando en la cancha de
Lavalleja”…tranqui pibes ya vendrán todos estos mostros a pedirles el
voto…recuerden esto.
Pues bien Peñarol con muchos mas partidos en el año y en el
estadio que Barrio Coya, con jugadores
mayores, “cola pelada” en esto de nuestro fútbol, ganando uno a cero y seguro
de si mismo, todo el primer tiempo lo controló el aurinegro y mereció algún gol
mas, porque démosle crédito también, si bien sobre todo en el fondo metía mucho
pelotazo, el medio campo de los carboneros le daba un traslado que no podían
retener el medio de Barrio Coya porque la dinámica ( técnica en velocidad) de
los de Peñarol estaban una o dos marchas mas rápidos, fue de lo que va desde su
vuelta el partido mas irregular de Darío Medina y lo sintió mucho Barrio Coya.
Porque al no tener la medida de la cancha Darío no había
anticipo en Barrio Coya y la mejor arma de recuperación del equipo de Alzueta
se anulaba.
Primer tiempo entonces todo de Peñarol.
En el segundo no tardó en entrar Daniel Laxalt y mientras
tuvo energía y Peñarol lo dejó el partido tuvo un vuelco.
Con el empuje de Gonzalo Machado, el mejor jugador del Coya
en esta segunda parte del torneo , Barrio Coya se adelantó con Laxalt y los
piques del “Chico” Aguirrezabala, cercado y referenciado continuamente “Toncho”
Acosta pero aparte con distancias mucho mas largas para que su habilidad
desequilibrante fuera “alejada” del área de Acosta , en una estrategia que le
dio resultados a Peñarol, hasta que un pelotazo largo encontró muy en línea a
la pareja de backs de Peñarol
sorprendidos por el enroque de Aguirrezaba, decir que "Huevo" Silvera
y Braian Graví tuvieron un partido casi perfecto, es mas rápido, como delantero
centro y su invasión recibió el toque de la salida a destiempo de Acosta.
Penal con otra definición lujosa de García e inesperadamente
empate 1 a
1.
Motivado Barrio Coya se adelantó, trato de acercarle el
balón a García cerca del arco aurinegro y este metió un par de “magias” que lo
hicieron pasar mal al último sector aurinegro.
Pero ahí apareció el “endurance” de Peñarol , “endurance” es
lo que se logra cuando se pone a prueba los aspectos físicos, técnicos y sicológicos
de un deportista o de un grupo de deportistas, en otros tiempos se conocería
como “jerarquía” o “o resistencia a situaciones de alto estrés
deportivo”…Peñarol “endureció los cascos” y empezó a jugar con fuerza, ante un
arbitraje que desde el primer momento leyó el clima del partido: una final y “dejo jugar” como se juega en el fútbol del
Interior del Uruguay…fuerte y a la pelota.
La verdad es que
estoy medio aburrido de la filosofía que “algún iluminado” a desparramado por
el fútbol olimareño de que “llorando” y reclamándole a los jueces “ a grito pelado y desde la tribuna” se
pueden ganar los partidos ( lo mas grande es que aquí a ganado alguno así) , al
igual que varios equipos en Treinta y Tres
Barrio Coya “se fue” del partido en la queja inútil, en la protesta de
tribuna estéril, Gallo es un arbitro que deja jugar porque el jugaba así,
fuerte y a la pelota, haciendo faltas fuertes pero de frente, con pelota en el
medio yendo con todo Peñarol le hizo sentir a Barrio Coya que era el Campeón,
como ya se lo hizo a casi todos los equipos de nuestro fútbol y , por lo menos en mis tiempos era así ese
juego pide una respuesta de “si dan damos”, no de protestas ampulosas …es así.
Barrio Coya empezó a
perder divididas, se frustró ante su respuesta a ese juego aurinegro, que pedía
abrir la cancha, jugar a dos toques para que los aurinegros llegaran tarde y
quiso mas fabricar una expulsión rival que mantener el resultado.
Peñarol le dio la pelota, que recuperaba pura fuerza a Diego
Nicolás Gutiérrez y este encontró a Cristian Gutiérrez, segundo gol de Peñarol.
El Campeón supo jugar los distintos climas del partido, para
nuestro medio su jerarquía peso y mucho a la hora “de los bifes”, era una final
y había que jugarla de dientes apretados y “haciéndose sentir “en cada pechazo,
en cada trancazo, en cada duelo mano a mano.
Y Peñarol fue talentoso cuando hubo que ser talentoso, sufrió
cuando debió sufrir y fue “pesao” cuando tuvo que ser “pesao”…eficaz como les
dije al principio.
Tanto es así que cuando peor la estaba pasando y se puso a
“arrimar” casi todos en el estadio sabíamos el final de la historia porque el fútbol
uruguayo es así.
El gol final de Cristian Gutiérrez marca la distinta
concentración de uno y otro equipo, la pegada de Nico Gutiérrez metiendo un
centro al segundo palo sin tomar carrera y el oportunismo desequilibrante para
nuestro fútbol de Cristian Gutiérrez, me animo a pronosticar el goleador de
futbol Olimareño 2018 (bueno todo depende de los jueces que ponen cualquier
cosa en los formularios).
Peñarol demolió a Barrio Coya, jugó una final con la jerarquía
del campeón, tiene la suerte del campeón y este seguro de “arriba”, tendrá
ventaja deportiva en “la primer final” ante
Treinta y Tres y con un cuadro “eficaz” dar esa ventaja es mucho pero, pero , pero si hay un club en
33 que le gusta lo épico, venir con pocas chancees y “tapar bocas” es al
decano, aparte de “pesao”?...”difícil para sagitario”…linda final, dos taitas
mano a mano.
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