jueves, 6 de diciembre de 2018

Campeonato Clausura 2018.

Peñarol Campeón a paso demoledor.


Por Juan R. Silva

Peñarol 3 (Fernando Gómez y Cristian Gutiérrez x 2)

Barrio Coya 1 (Alfonso García)

Con un buen marco de público en el estadio Peñarol le ganó por 3 a 1 a Barrio Coya y se consagró campeón del torneo Clausura en esta modalidad combinadas de Liguillas y encuentros “mata- mata”.
Los aurinegros perdiendo solo un partido en las liguillas ante este mismo rival lograban el pase a la final luego de vencer a Yerbalense en durísimo partido que se definió desde el punto penal y sobre todo creo que conseguía lo que esta noche entre semana en el estadio quedo absolutamente plasmado…seguridad.
Ya cuando los aurinegros reponiéndose de ese golpe fuerte que fue aquella derrota ante los varelenses terminaba ganando la tabla anual  con un poco de  azar porque Huracán perdió algo que tenia en la mano, definiendo con cartas vistas y ante un Yerbalense desmantelado, creo que la suerte le ha hecho guiños al carbonero local, que la ayuda mucho con un plantel poderoso para nuestro medio pero sobre todo en esta ultima parte del año  consiguiendo una forma de jugar en la que se siente cómodo.
“La suerte del Campeón” diría algún creyente, pues de la manera que se quiera Peñarol fortalecido por la confianza y porque sabe que tiene el handicap de adaptarse, por la calidad de su plantel a las distintas circunstancias de manera mas acelerada, enfrentaba esta definición con otra ventaja, nuestra joya mas preciada el estadio lo ha tenido jugando partidos importantes de Copa en mas de 10 oportunidades mientras que su rival el Barrio Coya no jugo nunca en el año!!!! y para los que entendemos el fútbol como un juego donde el contexto es un valor importante  ese elemento es decisivo si se aprovecha de manera eficaz. Peñarol con mas de 40 partidos en el año y con la jerarquía de sus jugadores si hay algo que es “es eficaz” para nuestro fútbol, si le das ventajas te va a matar.
El gol del arranque de Fernando Gómez no solo fue una muestra de su mejor adaptación al cambio de dimensiones del Parque, donde todo esta cerca, al Estadio ( una estancia) en otro intervención involuntaria, pero intervención de los dirigentes de la Liga, que como no saben nada de fútbol y solo piensan en quedar bien con “los de afuera” cambiaron para  conveniencia de Peñarol de Montevideo que venia con unas inferiores a jugar con Lavalleja de Treinta y Tres ( a “ojear” jugadores sub. 15 en realidad) entonces aprovecharon y le pusieron “La Final” de decorado…eso vale el fútbol de Treinta y Tres para nuestro máximos dirigentes.
Quisiera ver si los capitalinos si algún día va una selección de Treinta y Tres les dan  su mejor cancha  para un partido amistoso?…”maldición de Malinche” en su máxima expresión, me imagino a los gurises de cuarta división de nuestra Liga, los que hacen que los dirigentes estén donde están, mirando eso y diciendo “Y nosotros jugando en la cancha de Lavalleja”…tranqui pibes ya vendrán todos estos mostros a pedirles el voto…recuerden esto.
Pues bien Peñarol con muchos mas partidos en el año y en el estadio  que Barrio Coya, con jugadores mayores, “cola pelada” en esto de nuestro fútbol, ganando uno a cero y seguro de si mismo, todo el primer tiempo lo controló el aurinegro y mereció algún gol mas, porque démosle crédito también, si bien sobre todo en el fondo metía mucho pelotazo, el medio campo de los carboneros le daba un traslado que no podían retener el medio de Barrio Coya porque la dinámica ( técnica en velocidad) de los de Peñarol estaban una o dos marchas mas rápidos, fue de lo que va desde su vuelta el partido mas irregular de Darío Medina y lo sintió mucho Barrio Coya.
Porque al no tener la medida de la cancha Darío no había anticipo en Barrio Coya y la mejor arma de recuperación del equipo de Alzueta se anulaba.
Primer tiempo entonces todo de Peñarol.
En el segundo no tardó en entrar Daniel Laxalt y mientras tuvo energía y Peñarol lo dejó el partido tuvo un vuelco.
Con el empuje de Gonzalo Machado, el mejor jugador del Coya en esta segunda parte del torneo , Barrio Coya se adelantó con Laxalt y los piques del “Chico” Aguirrezabala, cercado y referenciado continuamente “Toncho” Acosta pero aparte con distancias mucho mas largas para que su habilidad desequilibrante fuera “alejada” del área de Acosta , en una estrategia que le dio resultados a Peñarol, hasta que un pelotazo largo encontró muy en línea a la pareja de backs de  Peñarol sorprendidos por el enroque de Aguirrezaba, decir que "Huevo" Silvera y Braian Graví tuvieron un partido casi perfecto, es mas rápido, como delantero centro y su invasión recibió el toque de la salida a destiempo de Acosta.
Penal con otra definición lujosa de García e inesperadamente empate 1 a 1.
Motivado Barrio Coya se adelantó, trato de acercarle el balón a García cerca del arco aurinegro y este metió un par de “magias” que lo hicieron pasar mal al último sector aurinegro.
Pero ahí apareció el “endurance” de Peñarol , “endurance” es lo que se logra cuando se pone a prueba los aspectos físicos, técnicos y sicológicos de un deportista o de un grupo de deportistas, en otros tiempos se conocería como “jerarquía” o “o resistencia a situaciones de alto estrés deportivo”…Peñarol “endureció los cascos” y empezó a jugar con fuerza, ante un arbitraje que desde el primer momento leyó el clima del partido: una final  y “dejo jugar” como se juega en el fútbol del Interior del Uruguay…fuerte y a la pelota.
La verdad  es que estoy medio aburrido de la filosofía que “algún iluminado” a desparramado por el fútbol olimareño de que “llorando” y reclamándole a los jueces  “ a grito pelado y desde la tribuna” se pueden ganar los partidos ( lo mas grande es que aquí a ganado alguno así) , al igual que varios equipos en Treinta y Tres  Barrio Coya “se fue” del partido en la queja inútil, en la protesta de tribuna estéril, Gallo es un arbitro que deja jugar porque el jugaba así, fuerte y a la pelota, haciendo faltas fuertes pero de frente, con pelota en el medio yendo con todo Peñarol le hizo sentir a Barrio Coya que era el Campeón, como ya se lo hizo a casi todos los equipos de nuestro fútbol  y , por lo menos en mis tiempos era así ese juego pide una respuesta de “si dan damos”, no de protestas ampulosas …es así.
Barrio Coya empezó  a perder divididas, se frustró ante su respuesta a ese juego aurinegro, que pedía abrir la cancha, jugar a dos toques para que los aurinegros llegaran tarde y quiso mas fabricar una expulsión rival que mantener el resultado.
Peñarol le dio la pelota, que recuperaba pura fuerza a Diego Nicolás Gutiérrez y este encontró a Cristian Gutiérrez, segundo gol de Peñarol.
El Campeón supo jugar los distintos climas del partido, para nuestro medio su jerarquía peso y mucho a la hora “de los bifes”, era una final y había que jugarla de dientes apretados y “haciéndose sentir “en cada pechazo, en cada trancazo, en cada duelo mano a mano.
Y Peñarol fue talentoso cuando hubo que ser talentoso, sufrió cuando debió sufrir y fue “pesao” cuando tuvo que ser “pesao”…eficaz como les dije al principio.
Tanto es así que cuando peor la estaba pasando y se puso a “arrimar” casi todos en el estadio sabíamos el final de la historia porque el fútbol uruguayo es así.
El gol final de Cristian Gutiérrez marca la distinta concentración de uno y otro equipo, la pegada de Nico Gutiérrez metiendo un centro al segundo palo sin tomar carrera y el oportunismo desequilibrante para nuestro fútbol de Cristian Gutiérrez, me animo a pronosticar el goleador de futbol Olimareño 2018 (bueno todo depende de los jueces que ponen cualquier cosa en los formularios).

Peñarol demolió a Barrio Coya, jugó una final con la jerarquía del campeón, tiene la suerte del campeón y este seguro de “arriba”, tendrá ventaja deportiva en “la primer final” ante  Treinta y Tres y con un cuadro “eficaz” dar esa ventaja  es mucho pero, pero , pero si hay un club en 33 que le gusta lo épico, venir con pocas chancees y “tapar bocas” es al decano, aparte de “pesao”?...”difícil para sagitario”…linda final, dos taitas mano a mano.

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