Foto de Darío Mariño, Fútbol Loco saludando a Nico Aldave y los equipos formados atrás.
¡Que tres puntos!
Por Juan R.. SilvaEl 17 de enero del 2007 la selección mayor de la Liga de Fútbol de Treinta y Tres perdía por última vez como local con el representativo de su vecina Melo.
Aquella vez con tres goles de Emerson Techera fue la última vez que "la sombra negra" del fútbol olimareño nos derrotaba en casa y a partir de allí, los últimos tres enfrentamientos por campeonatos de la zona, los rojos se han llevado sendas victorias, alguna holgada como el 4/1 del 2008. Alguna apretada como el 1/0 del 2009, pero ninguna tan emotiva como esta del 2010.
Emotiva porque los rojos llegaban mal después de su derrota clara ante Rocha como visita, con muchas versiones socavando la confianza de los dirigidos por Víctor Arturo Graví, con una división declarada por todos entre los jugadores del cuadro del técnico, el Lavalleja campeón invicto y los jugadores de los otros equipos.
Con dudas hasta ultimo momento en la alineación, con hasta al concepción que existió en lo previo que si se perdía, varios de los jugadores no seguirían.
Todo rondando este partido importante, porque además si se quiere clasificar los partidos de local no se deban perder ni siquiera empatar.
Y todo eso dotaba de una presión extra a los rojos.
Quizás minimizada por la poca o medianamente poca asistencia al estadio, "la campaña anti-selección" parecía haber dado resultado, mas allá de que después de la derrota en Rocha amainó drásticamente, quizás dándose cuenta sus impulsores de que estaban matando "la gallina de los huevos de Oro" o quizás no queriendo darle a Fútbol Loco la razón expresada sobre su intencionalidad o quizás comprendiendo por fin la realidad de nuestro fútbol y su ubicación en el contexto zonal, no pero… esto ultimo no creo..
Pero ya solo los muy amantes del fútbol se hicieron presentes en el
estadio y…presenciaron una...victoria trascendente, importante y muy disfrutada por el plantel, cuerpo técnico y dirigentes rojos.
Un partido donde arrancó mejor Melo de la mano del experiente talento de "Balinato" Olivera asistiendo a la movilidad potente de quien seria un azote para los lugareños, el olimareño Matías Rodriguez.
Treinta y Tres parado nuevamente con línea de cuatro en defensa, volviendo Vera a su posición de zaguero y desplazando a Larronda como lateral derecho visto la fragilidad expuesta por ese sector en el partido ante Rocha, pero creemos también que comprendiendo Darío que dado su estado físico es allí donde hoy puede jugar.
La zona izquierda repitió los dos expositores y nuevamente tanto Tarán en lo anímico, como Araujo en la disposición y la dinámica, se destacaron.
Y solucionó muchísimo Treinta y Tres en defensa sobre todo esos primeros minutos donde Olivera y Matos manejaron el medio campo, impotentes Carlos Silva y los volantes laterales de revertir el mejor manejo de pelota albiazul.
Si seria solución Larronda de lateral derecho que sus cierres muchas veces arriesgados, salvaron repetidas veces el pelotazo al "segundo palo" que los delanteros arachanes provocaban ya no tuvimos en el segundo palo tanta desidia.
Y creemos que ha partir de esa seguridad defensiva y disposición, la presencia de Simón Mier le dio otra claridad a las asistencias por lo menos, pocas pero claras parecía la premisa.
Y ofensivamente Treinta y Tres recuperó la movilidad de Víctor Goldaracena, un jugador que siempre en las que duelen muestra su capacidad y la competitividad que le ha dado a pesar de su juventud su larga carrera, si a eso le sumamos que luego aparecería el poder goleador tantas veces reclamado a Norberto Aquino, Treinta y Tres seguía siend
o joven, inexperto quizás futbolísticamente, pero predispuesto a matar o morir, sabia que no tenia mañana.
Para mi eso fue el gran acicate que Víctor Graví pudo trasmitir a los suyos, esa rebeldía tan reclamada por Fútbol Loco, en casa debemos de dar todo.
Gol rojo, el éxtasisY después de una jugada de campito de Nicolás Gutiérrez por la izquierda, "una jopeada" como dirían los viejos en la persona del lateral derecho arachán en el borde del área grande y el fondo de la cancha, su centro atrás encuentra a "Toti" Aquino y el 1/0 sorprendía a propios y extraños. Debo decir que Cerro Largo no se desesperó, el volante central empezó a agarrar los rebotes y fue un equipo con pocas ideas, Olivera fue desapareciendo en ese lapso, pero con mucho temperamento.
Cuando parecía que Treinta y Tres se llevaba el primer tiempo, un grueso error del meta Pérez en la salida y el empate del "Soldado" Luna en una jugada frontal e intrascendente de las que marcan repito nuestra inexperiencia competitiva.
El segundo periodo nos trajo a un Treinta y Tres que insistió en la tarea de armado de Simón Mier y un protagonismo algo mas acentuado de los volantes laterales Gutiérrez y Graví pero nuevamente Goldaracena con su actitud agresiva gestaría una jugada donde "Toti" Aquino le daría otra vez, la ventaja a los rojos.
Graví intentó entonces regenerar de energías el medio campo y el ingreso de Wilfredo Aquino y Rodrigo Moreira tuvo esa finalidad.
Pero también el técnico puso sus cartas de alternativa sobre la mesa e ingresó a Burián y más adelante a Nicolás Aldave con lo que Melo quedaría partido con 4 en el fondo, Burián, Olivera y 4 delanteros.
Así recién ingresado una maradoniana jugada de Aldave dejando 4 rojos en el camino y sirviendo el centro atrás encontró al mejor jugador de la cancha: Matías Rodriguez cuyo toque corto venció la resistencia de Pérez y se anidó en la red mientras sus manos se juntaban en un vano pedido de perdón.
Ahí amigos amigas, viene la parte emotiva, la gesta prácticamente heroica que poca gente en el estadio, la que se opuso a la manija, a la mala onda y fue a ver un triunfo rojo disfrutó...
Porque cuando Melo le tiró por arriba a su eterno vencido los pergaminos, la historia, la fama de pesao, con un "Perro" Burián que es un tigre metiendo y empujando, con jugadores de trayectoria, con "el Cerro Cerro" brotando de la tribuna visitante acostumbrada a ser local en el pueblo vecino, el perdedor, el eterno derrotado, el de la manija propia siempre en contra, sacudió la melena, encontró al gran cuestionado hasta ahí de la noche [por aquel error en el primer tiempo] Jhon Pérez y Jhon Pérez que le ganó a un adversario mucho mas grande que Cerro Largo un partido hace varios años, empezó a tapar, con suerte y con condiciones, lo que le tiraran y los arachanes a errar cabezazos en cada centro.
Y el azar, ese que siempre juega en el fútbol esta vez dijo presente Olimar.
Y lo mas hermoso para aquel que esta acostumbrado a perder, para la Venezuela del Interior paso a 7 minutos del final, otra vez "el Gato-gol" por la derecha, disparada y olvidándose de que en el primer tiempo el Toti no se la había pasado pasó "el Gato" sirvió el medio, pero hasta eso tendría dramatismo, porque el arquero Villanueva atoró al "Toti" y el rebote encontró al goleador del campeonato local Wilfredo Aquino y el 3/2 se anidó también en el arco del Cerro.
Lo que quedo fue un pedirle al reloj del arbitro Duque, aquel crucificado injustamente por "la pelota de playa", un mito inventado por algún soñador, pedirle decíamos al reloj del arbitro Duque que corriera, y las estiradas de Pérez tapándole la boca a los incrédulos y las ganas de todos de taparle la boca a la manija en contra.
Y el final a puro centro de Cerro Largo, con su imprecisión jugando para Treinta y Tres ese el final con triunfo olimareño, quizás no claro, quizás no muy ajustado al rendimiento pero si merecido por la entrega, la actitud y por no arrugarse ante la historia… y la manija en contra.
Dice un viejo dicho que
"No esta muerto quien pelea ni quien a la guerra va".Treinta y Tres fue a la guerra y esta vivo, tiene tres puntos los de local y debe ganar el otro de local, después veremos, pero la actitud, es mucho, pero mucho mas positiva que el jueves de madrugada, el fútbol es así, hoy el cielo mañana el infierno.
Tres puntos que el visitante acostumbraba ganar, hace tres años seguidos que se quedan acá y eso tiene una palabra: respeto.